LONDRES.- El tradicional desfile anual de la protestante norirlandesa Orden de Orange en Portadown, condado de Armagh, transcurrió hoy pacíficamente.
La policía y militares británicos habían dispuesto fuertes medidas de seguridad, para evitar enfrentamientos entre seguidores de la orden protestante y vecinos católicos. Como todos los años desde 1998, se prohibió que la marcha cruzase la católica Garvaghy Road.
Varios cientos de los alrededor de 1.400 participantes en el desfile se reunieron tras una misa en la Iglesia de Drumcree delante de las barreras policiales, para manifestar su desacuerdo con la prohibición.
La Orden de Orange insiste cada año en que el regreso de la Iglesia al centro de la ciudad de Portadown debe hacerse atravesando el barrio católico.
El desfile, con el que se recuerda la victoria de Guillermo III de Orange sobre los soldados del rey católico Jacobo II el 12 de julio de 1690, es cada año el momento culminante de la temporada de desfiles en Irlanda del Norte.
La marcha fue detenida junto a un muro de acero y hormigón levantado por el ejército británico. En los campos y senderos cercanos, que llevan a Garvaghy Road, se levantaron asimismo barreras de alambre.
El ejército británico desplegó además 1.600 soldados adicionales en la provincia. Los costos para la seguridad de este evento fueron estimados en seis millones de libras (unos nueve millones de dólares).
Ya en vísperas del desfile, el jefe policial de Irlanda del Norte, Ronnie Flanagan, se había manifestado optimista con respecto a su desarrollo pacífico. Flanagan aseguró que no había indicios de la posible aparición de seguidores de grupos paramilitares radicales en Portadown.
En los últimos años muchas veces se registraron incidentes una vez terminado el desfile.
El ministro británico para Asuntos Norirlandeses, John Reid, y el líder protestante David Trimble habían llamado a un desfile pacífico. También el pastor John Pickering, que hoy dijo el sermón en la Iglesia de Drumcree, reclamó la reconciliación.
"Esta barrera no muy lejos de aquí no implica el fin de los miembros de la orden o de Irlanda del Norte. En nuestro país hay esperanza y vida para todos nosotros", dijo.