CAMPAMENTO DE REFUGIADOS DE RAFA, Franja de Gaza.- Motoniveladoras del ejército israelí demolieron este martes una treintena de casas y comercios en un campo de refugiados palestinos, provocando un enfrentamiento a tiros durante dos horas con pistoleros palestinos, mientras los civiles huían, algunos aún en pijama.
Cinco palestinos y tres israelíes resultaron heridos en los enfrentamientos, que figurarían entre los peores desde que fue declarada una tregua auspiciada por Estados Unidos el mes pasado.
Los palestinos dijeron que ésta fue la primera incursión grave en su territorio desde que comenzó el cese al fuego. Israel negó esa versión e informó que tiene el control de la seguridad sobre el campamento de refugiados de Rafa donde las casas fueron derribadas, porque éste colinda con la frontera egipcia y está cerca de instalaciones militares.
Un portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Olivier Rafowicz, dijo que 10 o 15 casas fueron demolidas, pero aseguró que no estaban habitadas. Rafowicz dijo que las propiedades eran usadas como posiciones de disparo por los pistoleros palestinos que regularmente atacan a tropas israelíes.
Las autoridades en la vecina población de Rafa dijeron que 26 casas, en su mayoría chozas de un piso, así como 12 tiendas, fueron demolidas durante la operación israelí, dejando a 155 personas sin hogar. Algunos residentes de Rafa que viven cerca de la frontera entre Israel y Egipto dijeron que fueron despertados por el sonido de las motoniveladoras alrededor de la 1.00 de la mañana del martes (22.00 GMT del lunes).
Mohammed Abu Libde, un ingeniero, dijo que vio desde la ventana de su dormitorio cómo la maquinaria pesada derribaba la casa de su vecino. Relató que huyó con su esposa y sus cinco hijos a casa de sus padres, unos metros más alejada de la frontera. Sin embargo, las motoniveladoras se aproximaron también a esa vivienda y la familia tuvo que escapar de nuevo. Abu Libde dijo que las tropas israelíes se retiraron aproximadamente a las 04.00 de la mañana (01.00 GMT del martes).
"Lo único que me quedó es la camisa roja que estoy usando", dijo Abu Libde la mañana de este martes, parado sobre los escombros de su casa de dos pisos. "Gasté todos mis ahorros para construir esta casa".
Salim buscaba restos de su computadora entre los escombros, pero sólo pudo encontrar el teclado, junto a los pedazos de una pantalla de televisión y de un refrigerador. Los hogares demolidos cubrían centenares de metros cuadrados y decenas de residentes trataban de recuperar sus pertenencias luego del amanecer.
Famte Radwan, de 42 años, trataba de recuperar un costal de harina refinada que había comprado un día antes. Radwan dijo que perdió una casa de cuatro habitaciones que compartía con su esposo y nueve niños. Relató que ella y su familia salieron de la vivienda en pijama, bajo los disparos. "¿Cómo puedo convencer a mis niños de que no se unan a los enfrentamientos cuando encaran un futuro negro y nuestra pequeña casa ha sido derruida?", dijo la mujer.