PENSACOLA, Estados Unidos.- Los médicos que tratan al niño estadounidense de ocho años a quien un tiburón le cercenó un brazo, que luego le fue reimplantado, dijeron este martes que han apreciado indicios alentadores de estabilidad en su estado.
Sin embargo, la inflamación cerebral sigue siendo un peligro crítico para la plena recuperación de Jessie Arbogast, atacado por un tiburón en la orilla de una playa del estado de Florida, agregaron los especialistas.
El corazón y los pulmones del menor están funcionando "de manera más bien estable", pero sus pulmones aún no trabajan bien y Arbogast ha necesitado de diálisis para filtrar las impurezas de su sangre, dijeron los médicos en el hospital infantil "Sagrado Corazón" de Pensacola, Florida.
"El tema verdaderamente delicado que nos tiene a todos caminando de puntillas es este asunto de la inflamación cerebral", dijo el doctor Rex Northup, jefe de atención pediátrica crítica del hospital. "Ese es el gran obstáculo que estamos tratando de superar por el momento", agregó.
Si la inflamación en el cerebro del niño hace que la presión dentro del cráneo sea mayor a su presión sanguínea, entonces "cesará el flujo sanguíneo al cerebro... en ese momento lo perderemos", dijo Northup.
Los médicos dijeron que si el niño sobrevive durante siete días, el peligro más grave de la inflamación cerebral habrá pasado y se sentirían "más seguros en torno a su supervivencia".
Jessie, residente de Ocean Springs, Mississippi, estaba al atardecer del viernes en aguas de unos 45 centímetros de profundidad en el balneario Gulf Islands National Seashore, al noroeste de Florida, cuando un tiburón de 2,1 metros le cercenó de una mordida el brazo derecho, entre el codo y el hombro.
Un tío del menor forcejeó con el tiburón para llevarlo hasta la playa, donde un guardia forestal lo mató de cuatro balazos. El guardia y un bombero voluntario abrieron las mandíbulas del escualo y recuperaron el brazo del niño, que fue trasladado de emergencia al cercano hospital Bautista, donde el miembro le fue reimplantado en una operación que concluyó en las primeras horas del sábado.
El menor fue trasladado el domingo al hospital "Sagrado Corazón" tras experimentar una falla renal y los médicos dijeron que la masiva pérdida de sangre que sufrió le ocasionó la inflamación en el cerebro y daños en órganos vitales.
Jessie recibió más de 14 litros de sangre durante la operación quirúrgica inicial y fue sometido el lunes a una nueva transfusión sanguínea, dijeron los médicos.