WESTON UNDER LIZARD, Inglaterra.- Los proscritos grupos anticatólicos retiraron su apoyo al acuerdo de paz de Irlanda del Norte en medio de intensos esfuerzos este martes para salvar la coalición católica-protestante, piedra angular del pacto.
La Asociación de Defensa del Ulster, que apoyó el acuerdo de 1998 porque propició la liberación de cientos de sus miembros encarcelados, señaló que no apoyaría más un acuerdo que permite la presencia de partidarios del Ejército Republicano Irlandés (ERI) en el gabinete multipartidista norirlandés.
La Fuerza Voluntaria del Ulster también anunció que retiraba su apoyo y su vinculación con futuras negociaciones, pero que continuaría reuniéndose con la comisión de desarme creada para supervisar el desarme por parte de los grupos al margen de la ley.
Los comandantes del UDA y UVF (como dictan sus siglas en inglés) enfatizaron que mantendrían el cese al fuego, que data de antes del acuerdo de Viernes Santo y que ha reducido cuantiosamente el numero de ataques sobre la minoría católica de Irlanda del Norte.
En el segundo día de negociaciones, fuentes de los mandatarios de Inglaterra e Irlanda, Tony Blair y Bertie Ahern, respectivamente, dijeron que el esfuerzo diplomático continuaría más allá de la medianoche. En una mansión aislada en el centro de Inglaterra, Blair se reunió con representantes de los tres partidos protestantes y católicos que trabajan aún juntos en el gobierno norirlandés, con la esperanza de que ese experimento de gestión compartida no se desintegre.
Las esperanzas de avance en uno de los temas más espinosos, el desarme del ERI, eran pocas. Ahern, que enfatizó la necesidad de una pronta respuesta del grupo armado para que los protestantes se quedasen en el gabinete junto al Sinn Fein, dijeron que no "hubo progreso hasta el momento".
Gerry Adams, líder del partido político vinculado al ERI, apuntó que los gobiernos y los otros partidos norirlandeses estaban equivocados en pedir un desarme ahora. Sinn Fein dijo que cualquier movimiento del ERI debe de estar acompañado de más reducciones militares del gobierno inglés y planes más radicales para reestructurar la fuerza policial norirlandesa, en su mayoría protestante.