BRASILIA.- El Gobierno brasileño anunció hoy que decretará festivos los viernes e impondrá apagones eléctricos de hasta cuatro horas diarias en caso de que las metas de ahorro de energía previstas por el plan de racionamiento no sean alcanzadas.
Las nuevas medidas para enfrentar la crisis energética del país fueron anunciadas hoy por el presidente del Comité Gestor de la Crisis Energética, Pedro Parente, y forman parte de un plan de contingencia, o Plan B, que entrará en vigor en caso de un fracaso del racionamiento que comenzó a regir el 1 de junio pasado.
"Por ahora no hay necesidad de las nuevas medidas ya que el plan de racionamiento ha dado los resultados esperados. El Gobierno puede garantizar que no habrá apagones hasta, por lo menos, la segunda semana de agosto", aseguró Parente.
El Gobierno anunció en abril pasado un plan de racionamiento que regirá hasta el 30 de noviembre próximo y obliga a 130 millones de los 170 millones de habitantes del país a reducir un 20 por ciento su consumo de energía.
El plan prevé multas y cortes individuales de energía para los consumidores, tanto residenciales como industriales, que no cumplan las metas de ahorro de energía fijadas por el Gobierno.
Según Parente, entre el 1 de junio y el 10 de julio, las regiones sudeste, nordeste y centro-oeste de Brasil, en las que rige el racionamiento, lograron reducir su consumo de electricidad en un 22,5 por ciento.
El funcionario, conocido como el "ministro del apagón", agregó que la región norte del país (Amazonia) ha logrado reducir su consumo en un 8,0 por ciento, pero aclaró que en esa zona la meta de ahorro es de sólo un 15 por ciento.
"Si la población continúa cumpliendo esas metas es posible que no tengamos apagones durante todo el período del racionamiento, es decir hasta el 30 de noviembre", garantizó Parente.
El presidente del Comité Gestor, no obstante, aclaró que el Gobierno decretará festivos los días viernes e impondrá los apagones en caso de que la capacidad de agua en los embalses que alimentan las hidroeléctricas brasileñas se reduzca a niveles críticos.
De acuerdo con el Gobierno, si el nivel de agua en los embalses cae por debajo del 26,5 por ciento de su capacidad, el "Plan B" comenzará a regir automáticamente. El nivel de agua de los embalses era, en promedio, del 28,05 por ciento hasta ayer, martes, según los datos divulgados por Parente.
El Gobierno ha atribuido la actual crisis energética a la prolongada sequía que redujo a niveles de riesgo las reservas de agua de las hidroeléctricas, responsables por el 90 por ciento de la energía generada en el país.
Brasil tiene capacidad instalada para generar 74.000 megavatios de energía, pero, con las hidroeléctricas funcionando a media marcha, la producción actual es de apenas 56.000 megavatios, un nivel muy cercano a los picos de consumo.
Parente aclaró que el Gobierno había decidido divulgar su plan de contingencia para evitar especulaciones y permitir a los brasileños conocer lo que pueden esperar, pero advirtió que, por ahora, no hay posibilidad de que las nuevas medidas sean impuestas.
Según el ministro, en el momento en que el Gobierno detecte que las metas de ahorro no están siendo cumplidas, inmediatamente decretará festivos los días viernes, por tiempo indeterminado, y comenzará a aplicar apagones selectivos que podrán prolongarse hasta por cuatro horas.
Los apagones serán impuestos los viernes festivos, así como los sábados y domingos, y sólo serán excluidos las instituciones responsables de la seguridad pública (como cárceles y comisarías) e individual (hospitales y centros de salud).