MADRID.- Miles de personas marcharon hoy por las calles de España para repudiar el atentado, atribuido al grupo separatista vasco ETA, que mató ayer a un policía en Madrid, cuyo funeral se transformó en un escenario espontáneo de dolor y protesta.
El agente de policía Luis Ortiz de la Rosa murió ayer a consecuencia de la explosión de una bomba colocada en el barrio madrileño de Aluche, cuando ayudaba a sus colegas a cercar la zona tras haberse recibido una amenaza telefónica, presuntamente de ETA.
Una vecina del lugar del atentado contó hoy que pocos minutos antes de la explosión, Ortiz le había salvado la vida al recomendarle quedarse dentro de su casa y cerrar puertas y ventanas por temor a una explosión. "Me salvó la vida", dijo a la televisión local.
En todas las ciudades españolas miles de personas marcharon este miércoles, en manifestaciones silenciosas, para repudiar la violencia separatista de ETA. El País Vasco, en tanto, fue otro centro de la atención, ya que el nacionalista moderado José Ibarretxe juró en el Parlamento y volvió a asumir la presidencia del gobierno autónomo de la región.
"ETA es el enemigo del País Vasco y el país tiene que responder unido para defender sus libertades. Ahora debemos lograr un paz duradera y me comprometo a encontrar una solución al problema", dijo Ibarretxe, del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Antes de la jura de Ibarretxe, la dirigencia política reunida en el parlamento vasco hizo un minuto de silencio para repudiar el atentado. Cerca de Pamplona, las celebraciones populares de San Fermín fueron suspendidas por diez minutos en señal de luto y condena.
Todos los partidos se unieron al repudio, entre ellos Euskal Herritarrok (EH), considerado el brazo político de ETA. En la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, de donde era oriundo y vivía Ortiz, la protesta fue aún más fuerte.
El Presidente del gobierno de España, José María Aznar, y el ministro del Interior, Mariano Rajoy, visitaron la sede del Gobierno local donde se velaron los restos del policía asesinado, de 37 años y padre de una hija de 17 meses.
Hasta ahora ninguna agrupación se atribuyó el atentado, pero la policía sostiene que la bomba que mató a Ortiz tiene el sello de ETA.
La violencia etarra ha causado unos 800 muertos en sus 33 años de lucha armada, incluyendo 32 muertes desde que llamó a un cese unilateral al fuego en diciembre de 1999.
El ministro Rajoy afirmó que "la prioridad en el País Vasco no es la autodeterminación ni cualquier suerte de logro político. La prioridad es acabar con una organización, ETA, que está asesinando gente".
En materia netamente criminal, Rajoy sostuvo que el atentado de ayer indica que ETA está operando con una unidad especial en Madrid y prometió reforzar la seguridad en esa ciudad.