BARCO KLAVDIYA YELANSKAYA.- Con el objeto de delimitar el campo de trabajo para una operación complicada de dos meses en busca de reflotar la nave, ingenieros navales emplearon este martes un vehículo sumergible a control remoto para explorar el sitio donde se hundió el submarino nuclear ruso Kursk.
Siete barcos, incluido el "Mayo" -una embarcación noruega de apoyo para los buzos- se ubicaban en el sitio del hundimiento en el Mar de Barents, a unos 150 kilómetros del puerto ártico ruso de Murmansk. Un octavo barco, el "Klavdiya Yelanskaya", llegó también a la zona, transportando a numerosos periodistas.
La nave de exploración, llevada al sitio por el "Mayo", comenzó a buscar posibles fugas de radiación el domingo, tomando muestras del agua y del fondo marino, a fin de garantizar que la zona sea segura para que los buzos a reflotar al Kursk.
El comandante de la operación, vicealmirante Mijail Motsak, dijo el martes que era "imperativo levantar el Kursk. Debemos encontrar a todos los submarinistas muertos y darles una sepultura respetable".
Tras una explosión, el Kursk se fue a pique el 12 de agosto del 2000, durante una serie de maniobras de entrenamiento en el Artico, donde murieron los 118 tripulantes de la nave.
La operación para recuperar el submarino, que tiene dos reactores nucleares y podría contener también dos torpedos no detonados, está programada para prolongarse hasta mediados de septiembre.
Rusia ha insistido en que no hubo fugas de radiación en el casco, pero ha aclarado que lo sacará a la superficie para garantizar que no represente ningún peligro.
Sin embargo, funcionarios de seguridad nuclear en Noruega han dicho que la estrecha agenda para la operación incrementa el riesgo de un accidente nuclear en el Artico.