TOKIO.- Los esfuerzos de Perú para lograr la extradición de Alberto Fujimori sufrieron un nuevo revés al devolver hoy el Gobierno japonés su nacionalidad al ex embajador peruano en Tokio y cuñado del ex presidente, Víctor Aritomi, buscado por la Justicia peruana.
En una decisión tan sorprendente como repentina, que puede tener enormes consecuencias en las relaciones entre Tokio y Lima, el gobierno del Primer Ministro Junichiro Koizumi restableció la ciudadanía al ex embajador peruano, lo que le permite quedarse en Japón bajo la protección de sus leyes, opuestas a la extradición.
El Boletín Oficial del Estado "Kampo" publicó la orden firmada por la ministra de Justicia, Mayumi Moriyama, dos semanas después de que la Justicia de Perú pidiera a la Interpol la detención de Aritomi por presuntos delitos cometidos durante el mandato de su cuñado.
"El Gobierno japonés no está dando un trato especial (a Aritomi ni a Fujimori). Maneja estos asuntos de la forma que es necesaria y según las leyes japonesas. Espero que esta posición se entienda y sea tenida en cuenta", declaró Tsutomu Himeno, portavoz del Primer Ministro Junichiro Koizumi.
La cancillería quiso desentenderse de la decisión y subrayó que fue adoptada por el ministerio de Justicia, al que le competía la interpretación de la ley de nacionalidad.
Noriteru Fukushima, director de asuntos Latinoamericanos de la cancillería, negó que haya sido una decisión política y afirmó que fue simplemente judicial.
Ante posibles conflictos bilaterales que pudieran desencadenarse por ello, Fukushima eludió dar una respuesta clara y se remitió a mostrar el interés del país en mantener las buenas relaciones con Perú.
Según dijo, Aritomi perdió su nacionalidad por propia voluntad cuando fue nombrado embajador del primer gobierno de Fujimori hace 10 años, y no porque las autoridades se la quitaran, lo cual le facilitaba la posibilidad de retomarla.
La ley de nacionalidad impone como requisitos básicos vivir cinco años consecutivos con domicilio en Japón, demostrar buen comportamiento y poseer dinero suficiente (el interesado o los familiares), para poder residir en el país, en un proceso que en condiciones normales toma más de un año.
Frente al silencio oficial, la prensa tokiota dijo que Aritomi solicitó la restauración de su ciudadanía japonesa inmediatamente después de dejar el cargo, el mismo día en que su cuñado envió la renuncia a la presidencia de Perú desde un hotel de Tokio, a finales del mes de noviembre.
Aunque la gaceta oficial da cuenta del domicilio de Aritomi Shinto Víctor Hiroshi y Fujimori de Aritomi Rosa, sus nombres no aparecen en ninguna de las siete casas que tienen la misma dirección.
"El procedimiento que siguió el ministerio de Justicia fue el apropiado", aseguró el ministro Portavoz, Yasuo Fukuda, para quien "no existieron otras razones especiales", como el bloqueo a una hipotética extradición del ex embajador.
La medida que tomó el gobierno japonés es idéntica a la de diciembre cuando reconoció la nacionalidad a Fujimori, impidiendo que el ex presidente, que vive en Tokio con la aparente protección de políticos japoneses, pueda explicar en Perú todo lo que se le recrimina.
En las últimas semanas la prensa local se ha hecho eco de la participación de Fujimori en fiestas de políticos derechistas que presuntamente le respaldan, como Torao Tokuda.
Según Tokuda, presidente del mini partido Jyurengo, con sólo dos parlamentarios y médico adinerado, los japoneses deben sentirse orgullosos de un hombre como él, ejemplo de un inflexible carácter nipón perdido, lo que demostró en la toma de rehenes del MRTA en la residencia del embajador japonés en Lima.
Aritomi nació en Perú en Junin, Guancayo, hijo de los emigrantes japoneses Hachiro y Kikuro, que viajaron a Perú en la primera mitad del pasado siglo, según su carné de identidad peruano, en el que figura aún que es soltero.
El ex embajador estuvo al frente de la embajada peruana en Tokio durante casi los diez años de Fujimori en el gobierno de Perú y casualmente ha tenido que renunciar a la nacionalidad peruana porque el Gobierno nipón no aceptó que poseyera también la japonesa.
"La decisión de concederle la nacionalidad es frustrante", dijeron portavoces de la embajada peruana en Tokio, según los cuales Lima estudiará qué estrategia adoptar tras el sorprendente anuncio de que su ex embajador en Tokio es japonés.