BUENOS AIRES.- Unos 5.000 integrantes de la colectividad judía se congregaron el miércoles para recordar el séptimo aniversario de un mortífero atentado antisemita y escucharon a sus dirigentes reclamar al gobierno y a la justicia mayor diligencia y efectividad en su esclarecimiento.
La concentración, a la que asistieron en silencio altos funcionarios del gobierno, dirigentes de los partidos políticos y representantes de todas las denominaciones religiosas, se realizó frente al moderno edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), una moderna fortaleza de cemento dotada de sofisticados mecanismos de seguridad.
Se levanta en el mismo predio del barrio judío de Buenos Aires donde se alzaba el anterior edificio de ocho pisos de la AMIA, demolido por un coche bomba el 18 de julio de 1994, que causó la muerte a 85 personas y heridas a más de 200, en el peor atentado terrorista en los anales argentinos.
En marzo de 1992 se produjo un atentado similar, que destruyó la embajada de Israel, matando a 22 personas e hiriendo a más de un centenar.
El 24 de septiembre se iniciará el juicio oral contra una veintena de acusados o sospechados de estar involucrados en el ataque contra la AMIA, entre ellos media docena de policías provinciales de Buenos Aires. Pero se los acusa de haber intervenido en la comercialización de la camioneta robada utilizada como coche bomba. Nadie ha sido acusado por el atentado propiamente dicho ni se identificó a quienes lo instigaron y financiaron.
El atentado contra la embajada israelí ha quedado totalmente impune.
El presidente de la AMIA, Hugo Ostrower, dijo que ''pasaron siete años sin justicia, sin respuestas, y la muerte así sigue triunfando frente a la vida, mientras los criminales están impunes''.
Ostrower agregó que ''queremos saber cómo y por qué desaparecieron pruebas de la causa judicial y por qué se plantaron pruebas falsas. Hay demasiados interrogantes que permanecen sin respuesta''.
José Hercman, titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas de la Argentina (DAIA), reclamó que ''se profundice la investigación, tanto sobre los autores ideológicos como sobre la conexión local''.
Hercman acusó a Irán de haber organizado el atentado, que según la colectividad judía habría sido realizado por grupos fundamentalistas islámicos, con el auxilio de colaboradores argentinos hasta ahora no identificados debidamente.