BUENOS AIRES.- La huelga general convocada por las tres grandes centrales sindicales de Argentina frente al séptimo programa de ajuste económico del presidente Fernando de la Rúa se inició hoy con un fuerte acatamiento en el transporte público.
Buenos Aires y las ciudades más pobladas del interior del país amanecieron prácticamente sin servicio de autobuses, trenes y metro, mientras que la empresa Aerolíneas Argentinas canceló todos sus vuelos a raíz de la adhesión al paro de los gremios aeronáuticos.
La sexta huelga que afronta De la Rúa desde su llegada al poder en diciembre de 1999 fue declarada en defensa de los trabajadores del Estado y de los jubilados, que perderán el 13 por ciento de sus ingresos a causa de las medidas anunciadas por el Gobierno para lograr un "déficit cero" en las cuentas públicas.
La paralización del transporte dificulta la llegada de la población a sus lugares de trabajo, mientras que las oficinas públicas, los bancos y las escuelas tampoco abrirán sus puertas a causa de la medida de fuerza.
En la convocatoria se han unido la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), que aunque estaban profundamente enfrentados debieron ceder ante la presión de las bases por el descontento general que causó el ajuste.
La huelga cuenta también con el aval de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), que representa mayormente a los empleados públicos.
Los tres sindicatos han profundizado en las últimas semanas el clima de confrontación con el Gobierno y amenazan con llevar a cabo un plan de lucha en contra del modelo económico vigente en el país.
La ministra de Trabajo argentina, Patricia Bullrich, afirmó que la huelga supondrá unas pérdidas para el país de entre 600 y 1.000 millones de dólares, pidió a los líderes sindicales que reduzcan sus propios salarios y exhortó a los obreros a donar el equivalente de una hora de sus ingresos para ayudar al país a salir de la crisis.
En medio de una polémica entre sindicalistas y funcionarios, el Gobierno dio a conocer que los líderes de las centrales obreras perciben sueldos que superan los 7.000 dólares e impulsa un proyecto para que ningún agente del Estado perciba más de 6.905 dólares al mes.
Durante la jornada de huelga se dará a conocer el resultado de la última encuesta oficial de desempleo, que según ha admitido el Gobierno afecta a más del 16 por ciento de la población activa.
En las afueras de la capital argentina se produjeron algunos incidentes aislados e incendios de autobuses, vagones de tren y taxis que la policía investiga si se trató de atentados a causa del paro.