BELGRADO.- La mujer del ex Presidente y presunto criminal de guerra yugoslavo Slobodan Milosevic, Mira Markovic, aseguró hoy en Belgrado que su marido ha reiterado su intención de no contar con ningún abogado defensor cuando se inicie su juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) de La Haya, a fines de agosto próximo.
Markovic, que pasó el pasado fin de semana en La Haya para visitar a su marido, recluido en la cárcel del TPIY en la localidad de Scheveningen, a unos cuatro kilómetros de La Haya, aseguró que Milosevic está preparando él mismo su defensa.
Milosevic sólo piensa consultar con un grupo de asesores jurídicos, pero no dará la responsabilidad de su defensa a nadie, informa la agencia de noticias Beta, de Belgrado.
Según Markovic, la salud y el ánimo de su marido son mucho mejores que cuando estaba recluido en la cárcel de Belgrado, desde donde fue extraditado al TPIY, el pasado mes de junio.
El gobierno holandés había otorgado a Markovic un visado de tres días para que pudiera reunirse con su esposo por primera vez desde que éste fuera entregado al TPIY de La Haya por las autoridades serbias, el pasado 28 de junio.
El ex presidente de Yugoslavia está acusado de crímenes contra la humanidad y violaciones del derecho internacional de guerra cometidos durante el conflicto de Kosovo, en la primera mitad de 1999. El acta de acusación se ampliará a crímenes cometidos en la guerra de Bosnia, informó hace dos semanas el Alto Tribunal.
Milosevic sigue vigilado 24 horas por los carceleros del TPIY para evitar "tentaciones" de quitarse la vida, según fuentes de la alta instancia jurídica de las Naciones Unidas.
Milosevic está además en situación de "incomunicación" carcelaria, que se prolongará al menos hasta el 27 de este mes. A pedido de la fiscalía, encabezada por la fiscal jefe del TPIY, Carla del Ponte, Milosevic no tendrá contacto con ningún prisionero serbobosnio recluido en Scheveningen.
El objetivo de esta medida es no dificultar las investigaciones en curso. No obstante, a pesar de que se le ha ofrecido la posibilidad de contactar con otros detenidos bosniomusulmanes o croatas, Milosevic la ha rechazado.
El TPIY fue creado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 1993, con carácter temporal. A diferencia de sus predecesores de Tokio y Nuremberg, tras la Segunda Guerra Mundial, no puede imponer condenas de muerte. La máxima pena que contemplan sus estatutos es la de cadena perpetua.