MOSCU.- El ministro ruso de Defensa, considerado la mano derecha del Presidente Vladimir Putin, señaló este martes que Moscú consideraría ciertos cambios en el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM, firmado en 1972), lo que representaría una relajación de la posición del país ante la iniciativa estadounidense de construir un escudo antimisiles.
La declaración del ministro Sergei Ivanov fue formulada un día antes que Condoleezza Rice, consejera del Presidente norteamericano George W. Bush en materia de seguridad nacional, llegue a Moscú, donde tiene previsto sostener conversaciones sobre una nueva iniciativa de seguridad.
Según la agenda de la funcionaria, se reuniría el miércoles con Ivanov y el jueves con Putin. Ambos funcionarios anunciaron el domingo en Génova, Italia, que sus países vincularían las conversaciones sobre defensas antimisiles con negociaciones para reducir sus arsenales nucleares estratégicos.
Ese sorpresivo anuncio fue interpretado como una señal de que Washington y Moscú se estaban aproximando a una solución en su larga e intensa disputa sobre la propuesta norteamericana de un sistema antimisiles, que violaría los términos del tratado suscrito en 1972, considerado por Rusia como una piedra angular de la seguridad nacional.
Putin dijo el lunes que el vínculo no implicaba que Rusia estuviera renunciando al tratado, y añadió que ambos países reafirmaron su adhesión al convenio.
Pero Ivanov, uno de los colaboradores más cercanos a Putin, dijo el martes: "Si los expertos llegan a la conclusión de que algunos cambios en el tratado no dañarían la seguridad nacional de Rusia, entonces reportaré ello al Presidente", según la agencia noticiosa Interfax.
El tratado antimisiles permite que cada país cuente sólo con un sistema limitado de defensa, bajo la premisa de que ninguna nación lanzará el primer ataque nuclear si no puede protegerse de la respuesta.