WASHINGTON.- El Presidente norteamericano, George W. Bush, que estudia una propuesta para concederle la residencia legal a los indocumentados de origen mexicano, dijo este jueves que consideraría darles el mismo trato a personas provenientes de otras naciones.
"Tomaremos en cuenta a todos los que están aquí", dijo Bush en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Un equipo de trabajo encabezado por el secretario de Estado, Colin Powell, y el de Justicia, John Ashcroft, recomendó la semana pasada que se concediera el estatus de trabajador invitado, y posteriormente la residencia, a algunos de los tres millones de mexicanos que viven ilegalmente en el país.
Los críticos de esa iniciativa han expresado que ello excluiría a los millones de personas provenientes de otros países que tratan de obtener su residencia legalmente. "Estoy perturbado por esta distinción que se ha hecho entre los mexicanos y todos los demás", dijo recientemente el dirigente de la minoría demócrata en el Senado, Tom Daschle.
En sus primeras declaraciones públicas sobre el tema, Bush no dio detalles sobre quiénes podrían obtener la residencia. Como sea, su equipo estudia la propuesta. Sin embargo, Bush dejó en claro que se opone a darle la residencia a cualquiera.
"Me opongo a darle la residencia indiscriminadamente a todos, el pueblo estadounidense debe de estar al tanto de eso", dijo. "Creo, sin embargo, que cuando encontremos a un empleador dispuesto, y a un empleado dispuesto, podremos ser capaces de unirlos a los dos. Debemos de facilitarle las cosas a las personas que desean darle empleo a alguien, a quienes buscan empleados, para que sean capaces de contratar a personas que desean trabajar", dijo.
El Presidente dejó, sin embargo, algunas preguntas sin responder, como si un programa de trabajadores invitados derivaría en la residencia automática para todos ellos, si los inmigrantes recibirían un trato preferencial debido a su especialidad, sus lazos familiares u otros factores, así como cuándo podría emprender una acción en ese sentido.
Mientras tanto, el Comité Judicial del Senado aprobó un proyecto que extendería en un año el plazo que tienen los inmigrantes ilegales para solicitar visa. Los representantes aprobaron un proyecto similar en mayo, pero con una extensión de sólo cuatro meses.
La Casa Blanca ha dicho que Bush prefiere una extensión mayor de cuatro meses.