NUEVA YORK.- Miles de personas atestaron el lunes a una plaza de Harlem para dar la bienvenida al ex presidente estadounidense Bill Clinton, pero no todos en el histórico barrio negro neoyorquino estaban complacidos de tenerlo como vecino.
Junto con discursos de políticos locales y dirigentes empresariales que aclamaban la revitalización económica y cultural de Harlem, un grupo de manifestantes cantaban consignas del "Poder Negro" y otro exhibió pancartas que decían frases como: "¿Qué hiciste por Harlem cuando eras presidente?".
Clinton optó por una oficina en el piso 14 de la calle 125 Oeste, la vía pública más famosa de Harlem, tras ser criticado cuando se supo que en principio quería alquilar una oficina en los rascacielos de la isla de Manhattan para instalarse después de culminar su mandato en la Casa Blanca.
Clinton se mudó el 20 de enero del despacho presidencial, y desde entonces, no ha tenido una oficina permanente.
En un discurso al estilo Clinton, el hombre cuyos dos mandatos se destacaron por la bonanza económica del país y por escándalos sexuales, agradeció a la gente que se había congregado para recibirlo y dijo:
"Ustedes me apoyaron durante los momentos más arduos y los más prósperos y quiero que sepan que seré un buen vecino tanto en los momentos malos como en los buenos".
En respuesta a la pancarta, Clinton dijo que él había "cambiado la economía y creado zonas de poder para las comunidades pobres que han sido dejadas de lado", como Harlem. "Creo que cumplí con la palabra que le di a Harlem".
Clinton, estuvo sentado en un escenario rodeado de girasoles y con una pancarta enorme de color azul que decía: "Harlem le da la bienvenida al presidente Clinton". El ex mandatario rió y aplaudió, disfrutando de la música y los discursos durante las dos horas y media que duró la ceremonia.
El festejo fue organizado por los políticos locales del distrito de mayoría demócrata y por los líderes empresariales de la zona más prominente de Manhattan.
"Ahora me siento como en casa", dijo Clinton.
Su esposa, Hillary Rodham Clinton, quien ganó en noviembre un escaño en el Senado para representar a Nueva York, no concurrió a la ceremonia porque su madre iba a ser sometida el lunes a una intervención quirúrgica.