BUENOS AIRES.- El Presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, pronosticó el sábado que el país experimentará un "vigoroso crecimiento" a partir del 2002, cuando la tercera economía latinoamericana supere la grave crisis que no le permite salir del estancamiento desde hace 36 meses.
"Yo sé mejor que nadie que éste es un duro momento para todos, un momento de sacrificio, de incertidumbre, de grandes esfuerzos, pero (...) estas transformaciones traerán al país un vigoroso crecimiento", dijo De la Rúa al inaugurar la 115 Exposición Rural argentina.
Argentina, un país con 36 millones de habitantes en el que un tercio de la población vive en condiciones de pobreza, atraviesa una crisis política y económica que generó la desconfianza de los inversores y cerró las puertas para que el país acceda al crédito necesario para financiarse.
Los mercados temen que la crítica situación que atraviesa el país sudamericano derive en un incumplimiento del pago de su deuda, que alcanza 128.000 millones de dólares o más de 44% de su Producto Bruto Interno.
"Somos un país emergente con una enorme deuda externa que insume grandes recursos para pagar sus compromisos y sus intereses (...) tenemos una deuda inexplicable y creemos ser una superpotencia mundial", dijo De la Rúa.
Para recuperar la confianza de los inversores y evitar seguir endeudándose a altas tasas, el gobierno logró esta semana la sanción en el Congreso de una ley que obliga al Estado a gastar sólo lo que recauda, imponiendo un severo recorte del gasto público centrado en una rebaja de salarios a empleados estatales y pensionados.
"La gran mayoría no dudó en respaldar el plan de déficit cero, que ha tenido además un gran apoyo en el mundo, la ley del déficit cero es la ley de la verdad", enfatizó De la Rúa.
"A partir de este año gastamos sólo lo que tenemos, con la máxima equidad y sentido social", aseguró el Mandatario.
Pero el recorte impulsado por el gobierno generó un profundo malestar social que se tradujo en una huelga general y bloqueos de carreteras en todo el país.
Un movimiento de desocupados prometió que volverá a cortar rutas esta semana y las principales centrales obreras del país anunciaron movilizaciones para la segunda semana de agosto.
Además, el ajuste implementado por el gobierno no alcanzó para recuperar la confianza de los mercados, que sólo abandonaron su tendencia declinante cuando escucharon el respaldo de Estados Unidos, Europa y el Fondo Monetario Internacional a los esfuerzos del gobierno argentino por salir de la crisis.
En una muestra del interés que despierta la situación argentina, el presidente estadounidense, George W. Bush envió el viernes a Buenos Aires al subsecretario del Tesoro, John Taylor, quien expresó su respaldo a las medidas adoptadas por el gobierno.
La visita de Taylor coincidió con el anuncio del titular del FMI, Hoerst Koehler, de que recomendará a los técnicos del organismo que adelanten a agosto un desembolso a Argentina de 1.200 millones de dólares previsto originalmente para septiembre.
Estados Unidos envió otra señal de apoyo, cuando la Casa Blanca informó que el Primer Ministro británico, Tony Blair, y el Presidente del gobierno español, José María Aznar, se comunicaron con Bush para expresar su respaldo a los esfuerzos de De la Rúa por capear la crisis.