HIROSHIMA.- La ciudad nipona de Hiroshima conmemoró este lunes el 56° aniversario del primer bombardeo atómico de la historia, comprometiéndose a mantener vivo el recuerdo del horror, aún cuando los jóvenes japoneses están empezando a olvidarlo.
Unas 50.000 personas, incluyendo supervivientes y familiares de las víctimas, se reunieron en una ceremonia conmemorativa a la que asistió también el Primer Ministro japonés, Junichiro Koizumi, en el Parque de la Paz de Hiroshima, cerca de donde cayó la bomba.
Cuando comenzó la solemne ceremonia, el alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, y dos ciudadanos colocaron dos libros con los nombres de las víctimas de la bomba bajo el monumento funerario del parque.
La campana de la paz sonó a las 08.15 hora local -el momento en el que un avión estadounidense lanzó la bomba el 6 de agosto de 1945-, tras lo cual la ciudad quedó en silencio.
Los nombres de 4.757 personas que murieron recientemente fueron añadidos a la lista de víctimas, elevando el número total reconocido por la ciudad a 221.893. Cada año se añaden miles de nombres de víctimas.
Akiba hizo un llamamiento a favor del desarme nuclear, instando a que el horror de Hiroshima no sea olvidado. "Transmitir a las generaciones más jóvenes los recuerdos y el deseo de aquellos que sufrieron el bombardeo es el paso más importante para que la humanidad sobreviva en el siglo XXI", dijo Akiba. "Esa es la forma más segura de construir un arcoiris para el siglo XXII".
Con la edad promedio de los sobrevivientes de la explosión atómica superando ya los 70 años, mantener vivo el recuerdo parece cada vez más difícil según pasan los años. Una encuesta reciente de la ciudad occidental de Hiroshima reveló que 64,8 por ciento de los niños de primaria no sabía la fecha exacta de la bomba, 20,5 por ciento más que hace cinco años.
La bomba mató a unas 140.000 personas en 1945, sobre una población estimada de Hiroshima de 350.000. Miles de personas más sucumbieron más tarde a las enfermedades y heridas.
La ciudad de Nagasaki fue bombardeada tres días después de Hiroshima, llevando a Japón a rendirse y al final de la Segunda Guerra Mundial.
Koizumi reiteró el compromiso de Japón -el único país que ha sufrido un ataque atómico- de trabajar a favor del desarme nuclear. "Japón continuará situándose al frente de la comunidad internacional y haciendo todo lo posible para lograr el abandono total de las armas nucleares", dijo Koizumi en la ceremonia.