BOGOTÁ.- Tres niños muertos y 35 adultos heridos dejó el jueves un ataque subterráneo con explosivos del segundo grupo guerrillero de Colombia a un pueblo del noroeste del país, mientras que la explosión de un coche bomba dejó dos muertos y cuatro lesionados, informaron las autoridades.
Se trató de los primeros ataques del izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), desde que el gobierno del Presidente Andrés Pastrana suspendió el martes las gestiones de paz con las que pretendía iniciar una negociación formal.
El ejército reveló que un comando de ELN atacó en la madrugada del jueves el municipio de San Francisco, ubicado en una zona montañosa del noroccidental departamento de Antioquia, cuyo control se disputan con paramilitares de ultraderecha.
Los guerrilleros penetraron por túneles y a través del sistema de alcantarillado con el propósito de dinamitar el comando de policía pero los mayores daos los sufrió la población civil, aseguraron las autoridades.
"Se presentó un atentado terrorista contra la población civil y la policía nacional que dejó tres niños muertos, 35 civiles heridos, cuatro de ellos de gravedad, y 25 casas destruidas", dijo a periodistas el comandante de la cuarta brigada militar, general Eduardo Herrera.
Las víctimas fatales, quienes dormían durante el ataque, fueron dos niñas de siete y ocho años y un niño de 10 años.
En la tarde del jueves, un coche bomba estalló en las afueras del municipio de Gramalote, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.
El alcalde de la población, Víctor Eduardo Yánez, dijo que la explosión del vehículo, abandonado por el ELN, provocó la muerte a dos personas y heridas a cuatro que trataban de mover el automóvil que obstaculizaba el paso por una carretera.
Paramilitares piden rendición militar del ELN
A pesar de que el gobierno colombiano mantenía desde 1999 contactos de paz con el ELN, que cuenta con 5.000 combatientes y con frecuencia ataca la infraestructura energética y petrolera del país, el grupo guerrillero jamás suspendió sus hostilidades ni las fuerzas de seguridad dejaron de combatirlas.
Pastrana de 46 años y quien entregará el poder en agosto del 2002, ha hecho del logro de paz su principal gestión en un intento por poner fin a una guerra interna de 37 años.
La guerra que enfrenta a rebeldes, paramilitares y las fuerzas de seguridad del Estado, dejó 40.000 personas muertas en la última década.
Pastrana, quien realiza una gira por la zona cafetera, aseguró que los ataques demuestran que el ELN no tiene voluntad de alcanzar la paz a través de la negociación política.
"Demostraron claramente la voluntad de hacer la guerra (...) lo que le siguen entregando al país es violencia", aseguró.
"Ellos (los guerrilleros) son los que se están alejando de la posibilidad de hacer la paz. Nosotros tenemos la voluntad de hacer la paz y ellos no quisieron", agregó el presidente.
Por su parte los paramilitares, que combaten con violentos métodos como el decapitamiento a guerrilleros y a sus colaboradores, pidieron al ELN aceptar su rendición militar.
"Acéptenlo: Su rendición concertada con el gobierno y nosotros es su última alternativa que les permitirá sobrevivir física y políticamente, y tal vez el pueblo colombiano pueda perdonarles 36 años de miseria, muerte y dolor que dejaron a su paso", dijo un comunicado de la Autodefensas Unidas.
Los paramilitares son acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humano en medio del conflicto interno y de contar con el apoyo de algunos miembros de las fuerzas militares y de policía.
