BERLIN.- Alemania evocó este lunes el 40° aniversario de la construcción del Muro de Berlín en medio de un encendido debate sobre la posibilidad de que los herederos del partido comunista que lo mandó erigir participen en el próximo gobierno de la ciudad que quedó dividida durante 28 años.
En las primeras horas del domingo 13 de agosto de 1961, decenas de miles de policías y soldados del sector berlinés controlado por la Unión Soviética comenzaron a erigir un muro para acabar con el éxodo de alemanes hacia el Oeste y sellar definitivamente la división de Alemania.
Entre 1949 y 1961, cerca de 2,7 millones de personas habían abandonado el sector comunista para radicarse en Alemania Federal.
Casi un millar de personas murieron en el intento de escapar por el muro y la frontera interalemana hasta la caída del régimen comunista en 1989.
El jefe de gobierno alemán, Gerhard Schroeder, y altas personalidades políticas asistieron a un acto en memoria de las víctimas en una sección del muro en el centro de Berlín que ha sido conservada como monumento histórico.
Al mismo tiempo, en todo el país ondearon las banderas a media asta en señal de luto por las víctimas de lo que el gobierno federal calificó de "estructura monstruosa".
"Sólo recordando lo que ocurrió podremos garantizar que nunca vuelva a suceder algo así", urgió el Canciller alemán al colocar una ofrenda floral en el monumento de la calle Bernauer, donde varias personas murieron en el intento de saltar de una casa de altos que había quedado justo en la divisoria poco después de haber sido alzado el muro.
Sin embargo, las ceremonias no contaron con la presencia de familiares de las víctimas, que critican el apoyo otorgado por el socialdemócrata Schroeder a las alianzas regionales de su partido con los sucesores de los comunistas que levantaron el odiado Muro, rebautizados como Partido del Socialismo Democrático (PDS).
El líder poscomunista más carismático, Gregor Gysi, rehusó hoy nuevamente disculparse en nombre de su partido por la construcción del Muro. Gysi argumentó que la generación de los actuales dirigentes del PDS eran niños cuando fue construido el Muro y no pueden pedir perdón por otro3%
La polémica en torno al papel de los poscomunistas se vio reflejada en dos incidentes que tuvieron lugar durante los actos recordatorios. En la calle Bernauer, tres hombres que dijeron haber sido víctimas del régimen comunista dañaron e intentaron retirar dos coronas de flores enviadas por el PDS con la inscripción "en memoria".
Durante la ceremonia recordatoria del gobierno berlinés, un ex preso político de la desaparecida RDA tomó la palabra de forma inesperada tras el discurso pronunciado por el presidente del parlamento alemán Wolfgang Thierse para atacar a los comunistas reformados.
Hans-Eberhard Zahn, de 73 años, sostuvo que era tan abyecto el hecho de que el PDS dejara ofrendas florales junto al Muro como que un neonazi hiciese lo propio en un monumento de las víctimas del Holocausto. "Y ahora me pueden detener", anunció ante el aplauso de muchos de los 300 presentes al acto en alusión a lo sucedido a quienes trataron de retirar las coronas y cuyos documentos fueron revisados por la policía.
Las alianzas "rojirrojas" han desatado un virulento debate, en especial en Berlín, cuyo actual alcalde, el socialdemócrata Klaus Wowereit, no descarta aliarse con los poscomunistas en las próximas elecciones a la alcaldía, que se celebrarán el 21 de octubre.
Los comunistas reformados son muy populares en el sector Este de la ciudad, donde han obtenido hasta 40 por ciento de los votos, y en los últimos comicios berlineses de 1999 alcanzaron casi el 18 por ciento de los sufragios en toda la capital alemana.
"El partido de los centinelas del muro de antaño podría ocupar los ministerios en el futuro", advirtió el candidato democristiano a la alcaldía, Frank Steffel, cuyo partido ha revivido los fantasmas de la Guerra Fría en su lucha contra la posible llegada al gobierno berlinés de los poscomunistas.
Los socialdemócratas forman gobierno con el PDS en dos estados de Alemania Oriental, Mecklemburgo-Antepomerania y Sajonia-Anhalt, pero Schroeder ha insistido en que no tiene planes de cooperar con los poscomunistas de cara a las elecciones generales del 2002.