QUEZON CITY.- Un feroz incendio devoró un hotel de seis pisos en un suburbio de Manila antes del amanecer del sábado, en un incidente en el que 70 personas perdieron la vida y 54 más resultaron lesionadas, debido a que quedaron atrapadas dentro de sus habitaciones por pestillos contra ladrones, informaron los bomberos.
Dos personas sobrevivieron saltando del edificio.
Las víctimas asistían a una convención religiosa organizada por la iglesia cristiana ministerio de Don Clowers, de Irving, Texas, en el Hotel Manor.
Varios estadounidenses participaban en el encuentro, denominado "Conferencia del Destino", pero al parecer ningún extranjero estaba entre las víctimas.
La policía colocó 66 cuerpos, algunos con gafetes de la conferencia, en cuatro filas en una cancha de básquetbol en un cuartel policial cercano, cubiertos con manteles de paja. Luego les tomaron las huellas digitales y los colocaron en bolsas para cadáveres, las que fueron rociadas con agua bendita por un sacerdote.
Se piensa que el hotel, un edificio de concreto, fue construido a fines de la década de 1970 y pudo haber sido dañado por las llamas en alguna otra ocasión, dijeron funcionarios locales. Agregaron que aparentemente no estaba diseñado como hotel y tenía algunos inquilinos permanentes.
El superintendente en jefe Francisco Senot, jefe de la Oficina de Protección contra Incendios, dijo que la causa probable del incendio fue un cortocircuito en el techo de una bodega en el tercer piso. Agregó que no había escaleras para incendios más allá del primer piso y los testigos no informaron haber escuchado alarmas o visto luces de emergencia.
La televisión local presentó perturbadoras imágenes de familias llorando y gritando mientras se sujetaban de las barras de metal que protegían las ventanas, mientras los bomberos los bañaban con sus mangueras para mantenerlos lejos de las llamas. Las principales causas de fallecimientos fueron la aspiración de humo y la asfixia.
"Sin duda alguna se hubiera rescatado a más personas si no hubiera habido rejas de hierro en las ventanas", dijo el alcalde de Quezón City, Feliciano Belmonte. "Había personas colgadas de las ventanas, pidiendo a gritos ser rescatadas".
Don Clowers, que asistía a la conferencia con su esposa y su hijo, solicitó el envío de donaciones para las víctimas y señaló que asumiría los gastos relacionados al incendio. Su ministerio evangélico es popular entre los pobres de zonas rurales de Filipinas.