EL CAIRO.- Con un informe desolador sobre la situación de los palestinos, Yasser Arafat se dirigió hoy a los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Arabe, a los que pidió medidas para frenar la ofensiva israelí contra su pueblo, que los árabes consideran una "campaña genocida".
Antes de acudir a la reunión de El Cairo, esta misma mañana, Arafat, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se reunió con el jefe del Estado de Egipto, Hosni Mubarak, en la localidad mediterránea de Marsa Matruh, en el noroeste del país, cerca de la frontera con Libia.
En el encuentro se trataron los últimos acontecimientos en Gaza y Cisjordania, donde tropas israelíes dieron muerte hoy a otros cinco palestinos e hirieron al menos a trece, lo que ensombrece la esperanza de acordar una tregua en la reunión que podrían celebrar la semana próxima Arafat y el ministro de Exteriores de Israel, Simón Peres.
También se evaluaron las gestiones internacionales llevadas a cabo por el Gobierno de El Cairo, los palestinos y otras autoridades árabes para "frenar las agresiones, cada vez más graves, de los israelíes contra los territorios palestinos ocupados", dijeron a EFE fuentes oficiales egipcias.
El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Faruk al Chara, también acudió a Marsa Matruh con su colega egipcio, Ahmed Maher, donde se reunieron con Mubarak y Arafat.
La reunión con Al Chara parece confirmar las informaciones que apuntan a un acercamiento entre el líder palestino y el régimen sirio, enfrentados desde que Arafat firmó los acuerdos de paz de Oslo con Israel, en 1996.
En los últimos días, fuentes palestinas han asegurado que Arafat podría realizar una visita oficial a Damasco la próxima semana, la primera que haría a la capital siria desde 1996.
Antes de la reunión de urgencia de los responsables diplomáticos árabes, convocada a petición de Arafat, también se produjeron una serie de contactos bilaterales entre el secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, y varios de los ministros, entre ellos los de Irak, Túnez y Omán, para tratar de coordinar sus posturas.
El ministro qatarí de Asuntos Exteriores, jeque Hamad ben Yasem al Zani, en su calidad de presidente de turno de la Liga Arabe, abrió la reunión y dijo que supone el inicio de "un campaña internacional a favor de los palestinos, (...) ante el desafío que nos imponen las agresiones israelíes contra ese pueblo".
"Debemos acordar cómo ayudar y proteger a ese pueblo, ya que no hay duda de que las simples condenas no tienen utilidad", dijo el ministro qatarí, que pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que asuma su responsabilidad y adopte resoluciones efectivas para terminar con las agresiones israelíes.
El jeque Hamad indicó que la violencia ejercida por los palestinos es "una reacción a las matanzas que cometen los israelíes" y afirmó que el conflicto de Oriente Medio no se resolverá "sin el establecimiento de una paz justa y global, basada en las resoluciones de la ONU".
Tras el discurso del jeque Hamad, la reunión prosiguió a puerta cerrada con la presentación por Arafat de un informe, a cuyo borrador tuvo acceso EFE, en el que acusa a Israel de utilizar "todo su arsenal militar contra un pueblo desarmado".
También expone las consecuencias y el significado político de la ocupación israelí de la Casa de Oriente y otras instituciones palestinas en Jerusalén Oriental, símbolo de la presencia palestina en la Ciudad Santa, ocupada por los israelíes desde 1967.
Ante esta desesperada situación, el líder palestino tenía previsto pedir la convocatoria de una Cumbre Arabe extraordinaria que sirva para acelerar el envío de ayuda económica a la "intifada", aunque es poco probable que se celebre en breve.
Arafat también explicará a los ministros árabes el resultado de los esfuerzos realizados ante el Consejo de Seguridad de la ONU para lograr la protección de su pueblo y el envío a los territorios de un cuerpo de observadores internacionales, a lo que se opone Israel, apoyado por Estados Unidos.
