MURMANSK.- La Armada rusa informó hoy que en las próximas 48 horas podrán quedar terminados los 26 agujeros que los equipos de rescate abren en el casco del submarino nuclear "Kursk" para poder reflotarlo desde el fondo del Mar de Barents.
Los buzos abrieron la vigésimo tercera "ventana tecnológica" tras reanudar esta madrugada sus trabajos, después de interrumpirlos el domingo por la tarde a causa del mal tiempo, dijo un portavoz oficial.
"Si las condiciones climáticas son favorables, para el martes o miércoles los buzos finalizarán los orificios restantes", añadió.
Los trabajos para perforar los agujeros o "ventanas tecnológicas" comenzaron el 15 de julio y se han suspendido cuatro veces debido al temporal en el mar de Barents, donde se hundió el "Kursk" el 12 de agosto del año pasado.
Según el plan de rescate, a cada uno de estos agujeros se fijará un cable suspendido desde una plataforma en la superficie, que levantará el submarino -de aproximadamente 18.000 toneladas de peso- con ayuda de potentes grúas.
El portavoz militar añadió que el próximo miércoles a la zona del rescate llegará el buque "AMT Carrier" con aparatos y materiales adicionales para realizar otra operación clave previa al rescate.
Este buque transporta una sierra especial para seccionar el primer compartimiento del submarino.
Las autoridades rusas justificaron la decisión de separar este primer compartimiento y dejarlo en el fondo del mar con el argumento de que se trata de una medida de precaución por si quedó en él algún torpedo sin estallar.
Viacheslav Zajarov, portavoz de la empresa holandesa Mammoet, contratada por el Gobierno ruso para el rescate, anunció que otra embarcación, la plataforma "Giant 4", zarpará mañana del puerto de Amsterdam.
El "Giant 4" suspenderá los cables de acero para izar el "Kursk" en unas doce horas, hasta que esté a seis u ocho metros de profundidad y pueda ser remolcado a puerto, posiblemente el próximo 15 de septiembre.
Antes de entrar en la dársena, dos pontones construidos en Rusia se situarán a cada lado de la plataforma para estabilizarla y llevar el "Kursk" a tierra sin riesgo para sus dos reactores nucleares.
El submarino nuclear se hundió a 300 kilómetros al noreste de Noruega durante unas maniobras militares y yace a una profundidad de 108 metros.
En el accidente, ocurrido por causas aún desconocidas, murieron los 118 tripulantes, y en noviembre pasado se recuperaron doce cadáveres en una primera operación de rescate.
Una flotilla de la Armada rusa, con naves antisubmarinas y buques lanzamisiles, patrulla la zona para alejar naves extrañas del lugar donde se efectúa la segunda operación de rescate.