BOGOTA.- El Presidente colombiano Andrés Pastrana, un estrecho aliado de Washington en la lucha antidrogas, autorizó la extradición a Estados Unidos de Fabio Ochoa, antiguo lugarteniente del extinto capo mafioso Pablo Escobar que en la década pasada desató una vasta campaña dinamitera para expresar su rechazo a esa figura jurídica.
Pastrana y su ministro de Justicia, Rómulo González, firmaron una resolución autorizando el envío a Estados Unidos de Ochoa y de los también presuntos narcotraficantes Jairo Mesa y Jairo Sánchez Cristancho, quienes enfretan causas por narcotráfico en una corte del estado de Florida (sureste).
Ochoa (43 años) alega que es inocente de los nuevos cargos formulados por Washington de que en los últimos años enviaba toneladas de cocaína a Estados Unidos, en alianza con narcotraficantes mexicanos.
El antiguo socio de Escobar, así como Mesa y Sánchez podrán apelar la decisión gubernamental en los próximos cinco días, aunque los comentaristas dan por seguro que finalmente serán extraditados.
Tras aliarse con Escobar, Fabio Ochoa y sus hermanos Jorge Luis y Juan David capitularon en diciembre de 1990, al amparo de una ley emitida por el gobierno del entonces presidente colombiano, César Gaviria, que garantizaba la no extradición y la rebaja de penas a los narcotraficantes que comparecieran ante las autoridades y confesaran sus delitos.
Los miembros del clan cocainero recobraron la libertad en 1996 tras haber cumplido la condena de cárcel.
Fabio Ochoa fue capturado nuevamente en octubre de 1999 en el marco de la internacional "operación milenio", en la que fueron detenidos otros 30 presuntos narcotraficantes.
En caso de que el Gobierno confirme su decisión, Ochoa se convertirá en el más prominente cabecilla de las drogas en ser enviado a Estados Unidos desde diciembre de 1997, cuando el Congreso de Colombia restableció la extradición, seis años después de que los narcotraficantes desataran la ola terrorista en Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades del país.
Quince colombianos han sido enviados a Estados Unidos desde 1997 y otros 50 están a la espera de que la Corte Suprema de Justicia y el gobierno de Pastrana decidan su extradición.
El ministro colombiano del Interior, Armando Estrada, anunció este lunes que se reforzó la vigilancia en los centros urbanos para evitar una nueva ola de narcoterrorismo.
Los familiares de Ochoa habían implorado a Pastrana no extraditarlo, alegando que no tiene cuentas pendientes con la justicia estadounidense. Los allegados al señalado capo anunciaron que se manifestarán contra la decisión del mandatario en la céntrica plaza de Bolívar de Bogotá, cerca del Palacio Legislativo y de la Casa de Gobierno.
El propio acusado señaló en su página de internet www.fabioochoa.com que "ayer me equivoqué, pero hoy soy inocente" y ese mismo mensaje se lee en diversas pancartas desplegadas en las calles de Bogotá y Medellín.
Pastrana autorizó el envío de Ochoa a Estados Unidos dos días antes de que una misión de alto nivel de ese país inicie una visita a Bogotá para revisar la compleja agenda bilateral, que en la última década ha estado dominada por el tema de la lucha antidrogas.
Según Washington, Colombia es el principal productor mundial de cocaína y un importante proveedor de heroína.
La Casa Blanca financia con 1.300 millones de dólares en ayuda económica y militar el Plan Colombia de combate antinarcóticos, a cuya aplicación se oponen tenazmente los rebeldes izquierdistas, que también rechazan la extradición de colombianos.
Diversos congresistas y otros políticos colombianos propusieron legalizar la producción, tráfico y consumo de drogas como mecanismo para desbaratar ese negocio criminal, pero los gobiernos de Bogotá y Washington han rechazado tal iniciativa.
