ISLA NAVIDAD, Australia.- Tropas del ejército australiano tomaron este miércoles el barco noruego "Tampa" y un desafiante Primer Ministro prometió mantener fuera de las playas del país a los 434 refugiados que están a bordo.
Noruega pidió la intervención de las Naciones Unidas en el caso, luego que se impidió por la fuerza al carguero atracar en un puerto australiano para desembarcar a los inmigrantes, que buscan asilo y varios de los cuales están enfermos.
El Premier de Australia, John Howard, dijo que la toma del barco indicaba claramente la determinación de su gobierno de impedir una creciente oleada de inmigrantes ilegales -la mayoría del Oriente Medio- que llegan a las costas australianas.
"Sigue siendo nuestra muy fuerte determinación no permitir que este barco o sus ocupantes, excepto en circunstancias exclusivamente humanitarias claramente demostradas, lleguen a tierra en Australia", dijo Howard ante un entusiasmado parlamento que lo aplaudió con frecuencia.
Howar dijo que tiene previsto presentar de inmediato nuevos proyectos de ley -haciendo que el parlamento permanezca reunido todo el fin de semana si es necesario para aprobarlas- con carácter retroactivo a fin de que justifiquen la medida.
Sin embargo, la decisión de Howard desató duras críticas contra Australia, un país que ha sido construido con un enorme apoyo de la inmigración. Los propietarios del barco dijeron que el capitán de la nave decidió que la agria disputa de tres días sobre los inmigrantes ilegales se le había ido de las manos y necesitaba acercarse a la costa de la isla australiana de Navidad por el bienestar de los desesperados pasajeros.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Alexander Downer, dijo que su país estaba decidido a proteger su "integridad territorial" y que forzaría al carguero "Tampa" a regresar a aguas internacionales, a pesar de una ola de protestas de grupos de derechos humanos y de la solicitud de Noruega de que la ONU intervenga en el caso.
"Es importante que asumamos esta posición y es importante que no les permitamos entrar y ciertamente no vamos a ser engatusados para que cambiemos nuestra posición", precisó. "Lo sacaremos fuera de aguas territoriales australianas si tenemos que hacerlo", agregó Downer en una entrevista con la cadena de televisión "Australian Broadcasting Corporation", rehusando entrar en "detalles operativos".
Los 434 inmigrantes ilegales afganos, ceilandeses y paquistaníes y cuatro tripulantes indonesios han sido abandonados en contenedores vacíos sobre la cubierta del "Tampa" desde que el carguero los rescató en el Océano Indico el domingo de un transbordador indonesio que naufragó.
No sólo han sido rechazados por Australia -donde el sentimiento contra los inmigrantes ilegales está en ebullición-, sino que Indonesia, su más reciente país de tránsito, y Noruega, donde el barco está abanderado, también se han lavado las manos.
Hasta el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) dijo desconocer quién tiene la responsabilidad por la suerte de los refugiados, al indicar que el derecho internacional no está claro sobre el tema.
El buque permanecía anclado fuera de las costas de la Isla de Navidad, a unos 2.000 kilómetros del territorio continental australiano. Las condiciones en el Tampa, construido para acomodar hasta 40 personas, se han ido deteriorando, dijeron los propietarios. Algunos de los refugiados amenazaron también con saltar por la borda si el barco regresaba a Indonesia.
El miércoles, Australia envió por aire médicos y medicinas después de que el capitán del barco informó que varios refugiados se habían desmayado de fatiga y deshidratación tras varios días en el mar.