CHRISTMAS ISLAND, Australia.- El gobierno australiano descartó el jueves las presiones internacionales en favor de que permita al barco noruego de carga Tampa, que trae a centenares de refugiados, anclar en este puerto.
El Primer Ministro John Howard, que envió a comandos fuertemente armados a ocupar el barco el miércoles frente a las costas de esta isla, enfrenta una irritación cada vez mayor entre el electorado australiano en torno a la cantidad de dinero que cuestan los aspirantes a asilo político en el país.
Howard no modificó su posición de que el capitán del Tampa debe regresar con su carga humana a Indonesia.
Pero los militares indonesios dijeron que recurrirían a la fuerza si fuese necesario para impedir el regreso del barco.
"La posición del gobierno indonesio es bien clara", dijo a la agencia AP el portavoz de las fuerzas armadas de Indonesia, contralmirante Graito Usodo. "No permitiremos a esos inmigrantes indocumentados al país. Los militares están dispuestos a tomar cualquier medida que sea necesaria para asegurar que el gobierno pueda llevar a cabo esta política".
En una gestión para tratar de resolver el estancamiento, la Primera Ministra neocelandesa Helen Clark dijo que estudiaría la posibilidad de ayudar a los refugiados.
"Estamos preparados para hablar con Australia, y espero que otros países lo estén también", dijo. "Tenemos un buen programa de refugiados. Creo que nuestra comunidad siente compasión por los refugiados".
El Tampa rescató a por lo menos 438 refugiados, mayormente afganos, de un transbordador indonesio que se hundía el lunes.
No se pudo determinar con precisión cómo los afganos llegaron a Indonesia, pero se cree que en la operación estuvieron involucrados grupos del hampa de ese país.
Indonesia, Noruega y varias agencias internacionales de ayuda han pedido compasión a Australia. Pero Howard enfrenta una elección nacional a fines de año y va a la zaga de los candidatos laboristas en la mayoría de las encuestas.
Howard dijo que hablaría en breve acerca de la crisis con la presidenta indonesia Megawati Sukarnoputri, y que ya trató el asunto con el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.