LA HAYA.- Un tribunal holandés rechazó la solicitud del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic para su inmediata liberación del centro de detención de la ONU, al dictaminar que el tribunal de crímenes de guerra de la ONU es "una corte independiente e imparcial".
En su decisión el juez de distrito, Roel Paris, citó fallos del año pasado, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sobre la legitimidad del tribunal del organismo multinacional.
"Puede considerarse que el tribunal (de la ONU) es una corte independiente e imparcial", señaló el fallo, emitido luego de una semana de deliberaciones presentadas en esta sala por el equipo legal de Milosevic y abogados del estado holandés.
Milosevic había pedido al tribunal de distrito de La Haya que dictaminara que el tribunal (de la ONU) no tenía jurisdicción en territorio holandés por haber sido establecido en forma ilegal: por el Consejo de Seguridad de la ONU y no por la Asamblea General de ese organismo.
Los abogados del gobierno respondieron que Milosevic reconoció el tribunal de crímenes de guerra cuando firmó los acuerdos de paz de Dayton, en 1995, que pusieron fin a cuatro años de guerra en los Balcanes -acto que según Milosevic fue realizado bajo presión-.
Nico Varkevisser, quien dirige un grupo internacional de apoyo para Milosevic, dijo que apelará el dictamen, y e irá "al más alto tribunal holandés".
Agregó que puede devolver el caso al tribunal europeo de derechos humanos con base en que la detención de Milosevic equivalió a un "secuestro", y que el ex presidente vive en condiciones discriminatorias en la prisión de la ONU.
Milosevic no estuvo presente en la sesión del viernes. Permaneció en la unidad de detención de la ONU en la vecina ciudad de Scheveningen. Abogados internacionales que ofrecieron voluntariamente sus servicios, lo representaron.
La decisión del tribunal ocurrió un día después de la más reciente confrontación de Milosevic en el tribunal de crímenes de guerra, y el juez Richard May, de Gran Bretaña, desde que fue transferido el 28 de junio.
Milosevic se quejó de las condiciones de su detención y denunció al tribunal como una "herramienta política". May ordenó que no diera discursos y finalmente lo silenció apagando el micrófono y postergando la audiencia.
