KABUL.- El personal de dos organizaciones cristianas de ayuda humanitaria comenzó a abandonar Afganistán el sábado, un día después de que el gobernante movimiento Talibán ordenó su expulsión y allanó sus instalaciones.
"Algunos ya se fueron y el resto de nosotros se encuentra haciendo los últimos preparativos para marcharnos ante la notificación del Talibán", dijo a Reuters un empleado de la Misión Internacional de Ayuda (AIM, por sus siglas en inglés), quien pidió no ser identificado.
Los que se fueron se dirigieron por carretera al vecino país de Pakistán, agregó.
El viernes, el Talibán dijo que todo el personal extranjero de AIM y de la organización Serve, que operaban en varias ciudades importantes del país, debía abandonar Agfanistán en 72 horas.
La Prensa Islámica Afgana (AIP), con sede en Pakistán, reportó que seis empleados de Serve y dos mujeres de la AIM llegaron al vecino país tras cruzar la frontera a pie luego de abandonar sus vehículos en Afganistán.
El Talibán no explicó la razón de la expulsión de los trabajadores humanitarios, pero dijo que la decisión fue basada en frecuentes querellas sobre las actividades de las dos organizaciones.
AIP citó al canciller del Talibán, Wakil Ahmed Muttawakil, asegurando a otras organizaciones que trabajan en el país que ningún otro grupo de ayuda extranjero se hallaba bajo escrutinio por predicar el cristianismo.
"Las demás ONG (Organizaciones No Gubernamentales) no están bajo escrutinio (...). Quiero que las otras ONG trabajen en Afganistán sin temor alguno y el Talibán las apoyará si no violan la ley", dijo Muttawakil, según AIP.
Muttawakil dijo que el Talibán había clausurado las instalaciones de IAM y Serve basado en reportes de organizaciones de ayuda involucradas en actividades que promovían el cristianismo.
"Esas oficinas fueron clausuradas como una precaución", agregó Muttawakil.
El Talibán dijo que ningún miembro del personal extranjero de las organizaciones expulsadas fue arrestado.
Sin embargo, fuentes de Occidente denunciaron el arresto de cuatro británicos que trabajaban para IAM en la ciudad de Herat y otros extranjeros no identificados apostados en la ciudad oriental de Jalalabad.