NICOSIA.- El cirujano sudafricano Christiaan Barnard, quien en 1967 efectuó el primer trasplante de corazón en el mundo, murió el domingo en Chipre, donde estaba de vacaciones, informaron funcionarios chipriotas.
Barnard, de 78 años, murió en un hotel del balneario de Pafos, oeste de Chipre. Un médico llamado por el hotel certificó su muerte, agregaron las fuentes.
"El doctor Christiaan Barnard murió esta mañana ... Las causas de su deceso aún se desconocen, pero es posible que haya sido un ataque cardíaco o algo parecido", dijo a Reuters el ministro de Salud de Chipre, Frixos Savvides.
Una autopsia para establecer la causa de la muerte se efectuará posiblemente en las próximas horas, dijo.
"No fue una muerte violenta o a causa de un accidente. No hay sospechas de mano criminal", dijo Savvides.
Los empleados del hotel donde Barnard se había alojado desde hace tres días dijeron que, al parecer, sufrió un ataque cardíaco.
"Fue trasladado al hospital en ambulancia", dijo uno de los empleados.
Barnard, quien era un frecuente visitante de Chipre, revolucionó la medicina en 1967 al efectuar el primer trasplante de corazón en el mundo.
Sus aportes en el campo de la cirugía cardiovascular dieron a cientos de pacientes una segunda oportunidad de vida.
Barnard efectuó 3 de diciembre de 1967 el primer trasplante de corazón en un ser humano, en una exitosa operación de cinco horas a pesar de que el paciente, Louis Washkansky, de 55 años, murió 18 días después a causa de una neumonía que su sistema inmunológico no pudo combatir.
Apenas semanas después, Barnard efectuó un segundo trasplante cardiaco y ese paciente sobrevivió 594 días.
Barnard nació en Sudáfrica en una familia pobre y decidió estudiar medicina para ayudar económicamente a su padre.
Tras estudiar medicina en la Universidad de Ciudad del Cabo, Barnard hizo estudios en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, donde decidió especializarse en cardiología y cirugía cardiovascular.
Antes de operar a Washkansky en 1967, Barnard había pasado años experimentando con trasplantes, efectuando operaciones más que todo en perros.
Washkansky, que además de sufrir de una enfermedad cardíaca incurable padecía también de diabetes, tenía un 80 por ciento de probabilidades de sobrevivir entonces a la operación o, en caso contrario, enfrentarse a una muerte segura.
"Para un hombre agonizante no es una decisión difícil, porque él sabe que está al final (de sus días)", escribió luego Barnard.
"Si te está persiguiendo un león hasta la ribera de un río lleno de cocodrilos te lanzarás al agua convencido de que tienes la probabilidad de nadar hacia la otra orilla. Pero jamás aceptarías tales riesgos, de no existir el león", agregó.
La artritis de que padecía obligó a Barnard a abandonar la práctica quirúrgica en 1983.
En los últimos años viajó por el mundo ofreciendo charlas y dividía su tiempo entre Europa y su finca en la provincia sudafricana del Cabo.
A Barnard lo sobreviven cuatro hijos.