Nicosia.- El cirujano cardiovascular Christiaan Barnard, pionero en transplantes de corazón, murió de un ataque de asma y no de un infarto cardíaco como se dijo en un primer momento.
Así lo informó hoy el asistente personal de Barnard, Walter Lutschinger, sobre la base de la autopsia realizada por los médicos en Chipre, donde el médico sudafricano murió el domingo a los 78 años junto a la piscina de un hotel.
Un cardiólogo que acudió a asistirlo había dicho que la causa de la muerte era un infarto. Pero según dijo Lutschinger en una entrevista telefónica, lo que ocurrió aparentemente es que Barnard no encontró a tiempo el spray contra el asma.
Si se le hubiera ayudado cinco minutos antes, no se habría muerto, añadió. Una mujer que leía el diario cerca de él notó que le faltaba el aire, pero subestimó la situación y recién pidió ayuda cuando Barnard ya no se movía. Un camarero llamó entonces al cardiólogo.
Según Lutschinger, la familia Barnard dudó desde un primer momento del infarto como causa de la muerte, dado que el médico hacía todo por mantener sano su corazón.
Según el médico que realizó la autopsia, su corazón estaba tan sano "como el de un bebé". Si Barnard no hubiera tenido 78 años, su corazón se podría haber donado. El cirujano se dio a conocer en todo el mundo en 1967 con la realización del primer transplante de un corazón humano.
El funeral está previsto para el martes o miércoles de la semana próxima en Ciudad del Cabo. Se espera que asista el ex Presidente sudafricano Nelson Mandela.
El viernes siguiente se llevará a cabo el entierro en la intimidad en su lugar de nacimiento, Beaufort-West. Será sepultado en el jardín de la casa de sus padres.