DURBAN.- Difíciles discusiones proseguían este miércoles en Durban entre europeos, árabes y africanos sobre el tema del Medio Oriente para salvar la conferencia de Durban contra el racismo, amenazada de un estruendoso fracaso tras la partida de Estados Unidos e Israel, y el anuncio de que la Unión Europea también podría retirarse.
"Las discusiones prosiguen y no puedo decirle si se llegará a un consenso", indicó el miércoles de mañana a la AFP una fuente allegada a las negociaciones.
Desde anoche, un "grupo de los cinco" que reúne a la presidencia belga de la Unión Europea, Noruega, Sudáfrica, Namibia y la Liga árabe discute un texto de compromiso propuesto por la presidencia sudafricana de la Conferencia.
Para la UE este texto, cuyo contenido es mantenido secreto, constituye una "base de negociación aceptable". Pero el Primer Ministro francés, Lionel Jospin, afirmó el miércoles que Francia y la Unión Europea se retirarían de la conferencia de Durban si continúa "la asimilación entre sionismo y racismo".
Si en la declaración final subsisten "asimilaciones entre sionismo y racismo, se planteará inmediatamente el asunto de la retirada de Francia y de la delegación de la Unión Europea, de común acuerdo con nuestros asociados europeos", afirmó Jospin en el Consejo de ministros semanal, según el portavoz del gobierno francés Jean-Jack Queyranne.
La decisión podría ser tomada en las próximas horas, añadió el portavoz, quien destacó que la retirada de Francia y de la Unión Europea "significaría el fracaso" de la conferencia de Durban "con consecuencias internacionales" en las relaciones entre la ONU y los países en desarrollo.
Los estadounidenses y los israelíes abandonaron el lunes por la noche Durban, pues no obtuvieron la supresión de un "lenguaje de odio" hacia el Estado hebreo en ciertos pasajes del proyecto de declaración final.
Pero las discusiones, si bien están focalizadas en el tema de Medio Oriente y la condena de Israel que los europeos rechazan en forma categórica, tienen gran influencia en el otro gran tema de la reunión; la esclavitud y los resarcimientos financieros pedidos por los africanos.
Parecería que los africanos, que representan 52 países, por tanto 52 votos, para la declaración final han quedado atrapados entre dos fuegos. Por un lado los árabes presionan a los países negros musulmanes y a aquellos con los cuales mantienen importantes relaciones comerciales y por el otro, los europeos hicieron entender con claridad a los africanos que si la UE se va de Durban, la cuestión de la esclavitud no podrá ser abordada verdaderamente sin la presencia de las antiguas potencias coloniales.
"Los norteamericanos, los israelíes y los europeos tienen un peso muy importante, pero no son la Conferencia. Hay que tener en cuenta a la mayoría de la Conferencia", pues participan más de 160 países, indicó el representante de la OLP en Sudáfrica, Suleimán El Herfi anoche a la AFP.
La declaración final debe ser adoptada según el principio de un país un voto, igualándose así "un gran país" occidental u africano con por ejemplo Barbados, muy tenaz en el asunto de las reparaciones económicas por la trata negrera.
La Conferencia de la ONU contra el racismo de Durban (Sudáfrica) comenzó el 31 de agosto y proseguirá hasta el viernes 7 de setiembre.