BOGOTA.- Los soldados colombianos acusados de violar los derehcos humanos serán recluidos en una nueva cárcel especial debido a las constantes fugas de las bases militares en que permanencen internados, informaron este miércoles las autoridades.
El ministro de Defensa, Gustavo Bell, y el comandante de las fuerzas militares, general Fernando Tapias, aseguraron en conferencia de prensa que este nuevo centro de reclusión empezará a funcionar en octubre y estará ubicado en la base militar de Tolemaida, a las afueras de Bogotá.
"La reclusión que se estaba haciendo a miembros de la fuerzas públicas se estaba haciendo en sitios que no eran cárceles, eran sitios abiertos, en donde había alojamientos de oficiales, entonces la seguridad es muy compleja", dijo Tapias.
Pero las fuerzas armadas colombianas, que combaten desde hace 37 años a los rebeldes izquierdistas y los paramilitares de ultraderecha, han reducido considerablemente su dramático listado de violaciones de los derechos humanos en los últimos años.
Los agentes de seguridad del Estado asisten ahora a cursos sobre derechos humanos y muchas de las bases militares tienen oficinas dedicadas al tema. El número de acusaciones hechas contra los militares y denunciadas ante las autoridades ha descendido a 430 el año pasado desde 3.000 en 1995. Actualmente, se adelantan 53 investigaciones criminales por distintas violaciones, de las 358 en 1995, según un informe del ministerio de Defensa.
Grupos proderechos humanos aceptan el mejoramiento de las fuerzas armadas, pero aún acusan a sectores militares de tener vínculos con los escuadrones paramilitares de ultraderecha, quienes combaten a los rebeldes izquierdistas y a sus supuestos colaboradores.
Mayor recrudecimiento del conflicto
Las fuerzas armadas, que insisten en que se han concentrado en sacar de sus filas a miembros involucrados con los escuadrones de ultraderecha, aseguran haber matado a 90 paramilitares en lo que va del año, 27 más que en el 2000.
Durante el mismo periodo, los militares dicen que abatieron a 656 rebeldes, una cifra cercana a la del año anterior.
El informe señala que, pese al mejoramiento en el entrenamiento de las tropas y la adquisición de nuevo armamento, los civiles siguen siendo los más vulnerables en este conflicto.
Según los militares, 724 colombianos murieron entre enero y julio del 2001 a manos de rebeldes izquierdistas, un 39 por ciento más que el mismo periodo del año anterior. Entre tanto, las víctimas mortales por acciones paramilitares sumaron 683.
Pese al dramático panorama, las fuerzas de seguridad del Estado parecen estar avanzando en su lucha contra el secuestro en Colombia, considerada la capital mundial de este delito. Se estima que cerca de 1.698 colombianos fueron secuestrados en los primeros siete meses del 2001, lo que señala una reducción del 22 por ciento con respecto al mismo periodo del 2000.
Como es usual, la mayoría de los plagios, 985, fueron perpetrados por presuntos miembros de guerrillas izquierdistas, quienes acuden a este tipo de delitos como fuente sustancial de financiamiento para la guerra.