BELFAST.- Grupos de protestantes lanzaron una ruidosa pero pacífica protesta este jueves, mientras decenas de niñas estudiantes soportaron por cuarto día el acoso de los manifestantes para poder ingresar a su escuela católica en Belfast.
Centenares de protestantes, separados de las niñas por un cordón de la policía antidisturbios, soplaron silbatos y otros ruidosos instrumentos al tiempo que se colocaron de espaldas para demostrar que la presencia de las niñas era indeseada en la calle del sector protestante que lleva a la escuela católica.
No obstante, no se repitieron los incidentes del miércoles, cuando fue arrojada una bomba casera y piedras al paso de las niñas, algunas tan pequeñas como de 4 años, caminando con sus padres hacia la escuela bajo la protección de la policía.
El secretario británico para Irlanda del Norte, John Reid, era esperado este jueves en Belfast tras interrumpir sus vacaciones para hacer frente a lo que se ha convertido en un serio revés a los esfuerzos por encontrar un pacto de paz para Irlanda del Norte.
"Los silbatos no me molestan. Fue la bomba de ayer la que me preocupa", dijo una mujer al llegar con su hija a la puerta principal de la escuela primaria para niñas Santa Cruz. "Ellos tienen permitido protestar si así lo desean", agregó.
Los protestantes dijeron que estaban complacidos de que no se hubiera registrado violencia durante la jornada de protesta del jueves, luego de que imágenes de aterrorizadas niñas llorando fueron transmitidas por la televisión en todo el mundo.
Billy Hutchinson, un miembro del partido de línea dura "Unionistas Progresivos", dijo que los padres protestantes habían sostenido una reunión la noche anterior y coincidieron en que "quieren un nuevo comienzo a partir de hoy" y notificaron a la policía que la protesta sería pacífica.
"Todas las agresiones que hubo en los últimos días fueron creadas por alguien (...) que ha sido alejado y creo que se les debería reconocer eso a los residentes locales", dijo Hutchinson a Reuters.
La entrada principal de la escuela Santa Cruz da a un sector protestante donde comunidades católicas y protestantes viven cercanamente. Los residentes protestantes sostienen que han estado bajo frecuentes ataques de los católicos en días recientes y piden que sus reclamos sean atendidos antes de permitir que las familias católicas ingresen a la escuela por la entrada principal.
Las niñas católicas, acompañadas por sus padres, ha caminado hacia la escuela pasando frente a líneas de protestantes y policías para ingresar al recinto educativo por la puerta principal, cuyo frente da directamente a viviendas de protestantes.
Los residentes protestantes quieren que las niñas entren al colegio por la puerta trasera, alejada de las casas de protestantes. Los católicos se niegan, insistiendo en que han caminado hacia la escuela Santa Cruz desde que abrió sus actividades educativas hace 32 años.