ASUNCION.- El Presidente paraguayo, Luis González Macchi, y su vicepresidente, el opositor Julio César Franco, se salvaron este jueves de ser sometidos a juicio político, debido a que el congreso no consiguió reunir los votos para imputarlos formalmente.
La cámara baja evaluó primero una acusación de delitos políticos y comunes promovida por la oposición contra González Macchi y posteriormente consideró cargos formulados por el oficialista Partido Colorado contra Franco.
De los 76 diputados presentes, una mitad votó a favor del enjuiciamiento del Presidente y la otra en contra. Para formalizar la acusación hacía falta que dos tercios (51 de los presentes) votasen a favor.
El enjuiciamiento de Franco -líder del Partido Liberal, la segunda fuerza política del país- tuvo 18 votos por la aprobación, 41 en contra y 11 abstenciones.
La cámara baja del Congreso paraguayo está integrada por 80 diputados.
Cuatro legisladores estuvieron ausentes mientras se votaba el caso del Presidente y seis más abandonaron la sesión antes de que fuera juzgada la acusación contra el vicepresidente.
La principal imputación contra González Macchi se relaciona con el desvío ilegal de 16 millones de dólares de dos bancos privados intervenidos por el Estado, hacia cuentas en Estados Unidos. "De los expedientes podemos concluir con absoluta seriedad que el Presidente de la República encargó en forma directa (...) la gestion de estas operaciones, de cuya consecuencia el Estado paraguayo podría perder 16 millones de dólares", dijo el diputado opositor Rafael Filizzola, quien hizo de acusador.
"La estrecha vinculación de familiares del Presidente en este caso (...) sugiere una asociación criminal conformada para aprovecharse de dinero público (lo cual) constituye causal de destitución", agregó.
En contrapartida, el oficialismo acusó a Franco de incumplir la tarea política destinada a la vicepresidencia por la constitución de 1992. "El que tiene que irse es Franco, porque no cumple con la tarea de ser nexo entre el Ejecutivo y el Legislativo, asistir a las reuniones del consejo de ministros, y proponer soluciones", dijo el diputado oficialista Alfonso González.
"El no opina, no tiene propuestas, es un irresoluto. Entonces, nuevamente estamos ante un florero que adorna la mesa de la vicepresidencia y no hace otra cosa sino buscar todos los días defectos en otro", añadió.
La oposición también acusó a González Macchi de adquirir con fondos públicos un automóvil de lujo robado en Brasil, que fue decomisado para ser devuelto a ese país.
Por el desvío de los 16 millones de dólares están procesados el juez José y la escribana Judith González Macchi, hermanos del Presidente, el padre de los tres, Saúl González, además de altas autoridades destituidas del Banco Central.
Por la compra del automóvil robado el único detenido es un empleado de menor rango de la casa de venta de vehículos que ofició de intermediaria en la colocación en 1999 y que es propiedad de un afamado empresario amigo del Presidente Macchi.
González Macchi llegó al poder en 1999 desde la jefatura del Congreso, por ser tercero en la línea de sucesión del poder, tras el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y la renuncia del entonces Presidente, Raúl Cubas, ambos del Partido Colorado.
Según encuestas de consultoras privadas, el Mandatario goza de una aprobación inferior al 1 por ciento de la población y debe gobernar hasta el 2003.Sin embargo, el Partido Colorado -que lleva 53 años en el poder- se niega a promover su destitución porque implicaría entronar a Franco.
El vicepresidente fue electo el año pasado por votación directa para ocupar la vacancia dejada por Argaña. Las acusaciones rechazadas el jueves fueron definitivamente archivadas.