DURBAN, Sudáfrica.- La Conferencia Mundial contra el Racismo fue extendida hasta mañana para poder elaborar una declaración final que supere las diferencias entre los participantes en torno a los dos temas más conflictivos: el conflicto de Cercano Oriente y la esclavitud y el colonialismo.
La portavoz de la conferencia, Susan Markham, informó que la sesión plenaria comenzará mañana a las 10.00 (local) y finalizará a las 13.00. Markham agregó que durante la noche se seguirá trabajando sobre los puntos más conflictivos de la declaración que pondrá punto final a la reunión, cuyo cierre estaba previsto para este viernes.
El ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica (país que ocupa la presidencia semestral de la UE), Louis Michel, expresó en conferencia de prensa su confianza en que se llegue a un acuerdo, pero reconoció que las conversaciones fueron duras y prosiguen todavía.
Las dificultades persistieron a pesar de que los estados islámicos habían dado hoy luz verde inicial a un compromiso sobre el tema del Cercano Oriente.
El embajador de Pakistán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Munir Akram, declaró a la agencia sudafricana SAPA que, teniendo en cuenta las relaciones amistosas con Sudáfrica, el estado anfitrión, los países islámicos se habrían declarado dispuestos a "realizar un sacrificio por sus hermanos en Africa".
El diplomático aclaró sin embargo que los estados islámicos mantenían de todas formas reservas sobre el texto final. La actitud de los países árabes sembró esperanzas de poder salvar del fracaso a la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que sesionó durante ocho días en Durban.
Hasta esta mañana los países árabes habían insistido en que la declaración final incluyera una condena explícita a Israel como responsable de discriminación racial contra los palestinos.
El debate sobre el conflicto de Cercano Oriente opacó en gran medida el análisis de todos los demás temas contemplados en la agenda de la reunión, tales como la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia.
Se suponía que la cuestión, también polémica, del reconocimiento de las responsabilidades de las ex potencias coloniales en el esclavismo iba a quedar saldada en una fórmula de compromiso aceptada tanto por los países de la Unión Europea como por los estados africanos, tal como había anticipado esta tarde (local) un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sudafricano.
En lugar de realizar un llamamiento a un pedido explícito de disculpas, se adoptaría en la declaración final un compromiso moral para una cooperación reforzada. En lugar de hablar de "reparaciones" por los perjuicios históricos sufridos, se utilizaría la expresión "compensaciones" en el texto final.
La secretaria general de la reunión y alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, había anticipado que la Conferencia iba a cerrarse con un acuerdo, a pesar de los presagios de que acabaría en fracaso rotundo.
Robinson subrayó que la reunión ha servido para crear una conciencia colectiva y un proceso de movilización en el seno de la comunidad internacional a fin de crear una "alianza global contra el racismo".
Lo importante, según la comisionada, es ahora concretar en hechos el espíritu colectivo que se ha gestado durante la conferencia de la ONU en esa ciudad sudafricana, que habría sido subestimado por muchos.
El conflicto de Cercano Oriente y el que se pretendiera ligar sionismo y racismo hicieron que Estados Unidos e Israel abandonaran el foro bajo protesta. Ambos países habían concurrido por primera vez a una conferencia contra el racismo de la ONU, después de haber permanecido ausentes en las de 1978 y 1983 justamente por la misma polémica en torno al rol de Israel y el sionismo.
El borrador de la declaración final -finalmente modificado- incluía una acusación contra Israel como estado que impulsaría una política de apartheid contra los palestinos. En términos similares se había expresado el Foro de Organizaciones No Gubernamentales de Derechos Humanos que sesionó previamente en Durban. Robinson había recibido la declaración final del Foro, pero se negó a recomendar su texto a las delegaciones oficiales.
Algunas ONGs destacaron que, a pesar de las dificultades, la Conferencia significaba un importante paso hacia adelante en la lucha contra el racismo, como declaró Human Rights Watch. "A pesar de los serios problemas y disputas que tiñeron el encuentro se lograron en la Conferencia Mundial contra el Racismo algunos éxitos relevantes", señaló por su parte Amnistía Internacional.
Por primera vez, destacó AI, se incluyeron en Durban en la agenda internacional los sufrimientos de grupos como los dalit -la casta de los "intocables" de la India-, los gitanos, los tibetanos y los pueblos indígenas, así como de refugiados, mujeres, homosexuales y poblaciones que viven bajo la ocupación extranjera.