WASHINGTON.- El Pentágono volvió a trabajar el miércoles, a pesar de la humareda que salía del hueco abierto por un atentado terrorista en la víspera.
Empleados civiles y militares del departamento de Defensa entraban al gran edificio antes del amanecer. Este estaba "abierto y listo para trabajar", dijo la vocera Susan Hansen.
Mientras tanto, las nubes de humo cruzaban las autopistas y laderas de Virginia, provenientes del costado del edificio por donde penetró un avión de pasajeros secuestrado. Bomberos y rescatistas trabajaron toda la noche.
Funcionarios del gobierno dijeron que las primeras pruebas apuntaban al presunto terrorista Osama bin Laden. Dijeron que el FBI se aprestaba a allanar una serie de lugares en Florida. Allí tendría vínculos un presunto secuaz de bin Laden cuyo nombre aparecía en la lista de pasajeros de uno de los aviones.
Las calles en torno de la Casa Blanca fueron reabiertas al tráfico, pero las ciudades de la capital eran estrechamente vigiladas al amanecer. Además de las patrullas policiales, medio centenar de efectivos de la Guardia Nacional estaban apostados en parejas en diversas esquinas del distrito de negocios.
El Presidente George W. Bush recibía esta mañana a los dirigentes del Congreso para una reunión de unidad nacional.
Los legisladores preveían reunirse para condenar el terrorismo. El martes, el Capitolio fue evacuado y los titulares de las cámaras y los bloques fueron transportados a un búnker subterráneo a 120 kilómetros de distancia.