SAN FRANCISCO.- Podría demorar hasta una semana antes que el tránsito aéreo en Estados Unidos regrese a la normalidad. Entre tanto, miles de pasajeros podrían quedar estancados en terminales.
El tránsito aéreo fue detenido totalmente por primera vez en la historia del país. Las autoridades señalaron que el viajar por avión ya no será lo mismo jamás.
Cuando se reanuden los vuelos, los pasajeros no podrán registrar sus equipajes en las afueras de los aeropuertos. Habrá más elementos de seguridad y se llevarán a cabo más revisiones de seguridad al azar, indicó el secretario de Transporte, Norman Y. Mineta.
"Estos ataques terroristas están diseñados para anular la confianza de los estadounideneses. Restauraremos esa confianza", señaló Mineta.
El ataque devastador contra los símbolos de gobierno y del comercio renovaron viejos temores en torno a las fallas que existen en las medidas de seguridad de los aeropuertos.
Mientras las autoridades de aviación trabajaban la noche del martes en planes para reactivar los vuelos en el país, al reorganizar los vuelos, las tripulaciones, los equipajes y la carga que no llegó a su destino, algunos de los pasajeros cuyos vuelos fueron cancelados buscaban viajar en trenes y autobuses.
"Estamos añadiendo vagones a los trenes para acomodar el incremento de pasajeros", señaló la portavoz de la región oeste de la empresa ferroviaria Amtrak, Liz O'Donoghue.
La Dirección Federal de Aviación Civil (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó la cancelación de todos los vuelos la mañana del martes después de que ocurrió el desastre en el Centro de Comercio Mundial. La FAA dijo que esta prohibición a los vuelos sería levantada hasta el mediodía del miércoles.
El Aeropuerto Internacional de San Francisco, el quinto más transitado del país y que era el destino del vuelo 93 de United Airines, que se estrelló en Pensilvania, fue uno de los evacuados el martes. Sólo personal esencial en la operación del aeropuerto permaneció en ese lugar.
La terminal aérea, que llega hasta contener a 100.000 pasajeros entre quienes llegan y se van de la ciudad diariamente, se convirtió en un pueblo fantasma después de que todos los vuelos fueron cancelados.
Unas 3.000 personas fueron evacuadas.