BANGKOK.- Tomar el comando de una gran aeronave y volar hacia un objetivo preciso, como una de las torres gemelas de Nueva York, es más fácil de lo que mucha gente podría imaginarse, dijeron expertos en aviación.
"Es muy, muy fácil dirigir el avión", dijo un experimentado capitán de una línea aérea estadounidense.
"No es difícil conseguir la experiencia necesaria. En tres meses se puede obtener una licencia de piloto", agregó.
Dos aviones comerciales estadounidenses secuestrados chocaron el martes contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, causando el derrumbe de los edificios de 110 pisos y la muerte de miles de personas. Otra aeronave secuestrada se estrelló contra el Pentágono en Washington.
Los aviones escogidos -Boeings 757 y 767- parecen haber sido la elección perfecta para provocar el daño máximo. Esas aeronaves son empleadas normalmente en los servicios domésticos estadounidenses y son relativamente pesadas, máquinas de largo alcance que generan una gran energía cinética en un impacto, que se suma a las toneladas de combustible que cargan.
Más aún, están diseñadas de manera tal que un piloto puede aprender a manejarlas fácilmente.
"El 767 y el 757, aunque parecen diferentes, tienen cabinas idénticas", dijo el especialista en aviación, que cuenta con 25 años de experiencia en la industria.
En el despegue, un 767 pesa hasta 160 toneladas, incluyendo 45 toneladas de combustible para aviones a base de kerosene, que al chocar se transforma en un explosivo altamente atomizado.
El 757 pesa cerca de 100 toneladas, incluyendo 30 toneladas de combustible.
Décadas después de los primeros secuestros, y tras una gran intensificación en la seguridad en los aeropuertos, los analistas dicen que terroristas experimentados podrían contrabandear armas en los aviones sin demasiado riesgo de ser detectados.
Las pruebas han revelado que el personal encargado de los controles de seguridad de rutina en los aeropuertos falló en detectar armas, dijo en Londres, Chris Yates, editor de Seguridad Aeronáutica Jane.
"En las pruebas, las pantallas fallaron con frecuencia en detectar armas que eran llevadas a través de los controles", sostuvo Yates.
Normalmente, el personal de seguridad no llega a estar el tiempo suficiente como para transformarse en experto en su tarea, agregó.
"En algunos aeropuertos, hay una gran rotación de personal -hasta 400 por ciento anual-", aseguró Yates.
"Un salario de McDonald's (cadena de comidas rápidas) con frecuencia es más de lo que reciben", dijo el especialista.
"Toda la cuestión (de la seguridad) ha sido realmente una mala broma", agregó.
Una vez que las armas están a bordo, los secuestradores suicidas con experiencia en volar aviones debieran encontrar menos problemas que los terroristas que necesitan la cooperación de la tripulación para un viaje largo, dijo otro analista.
"Una vez que tienen a los pasajeros y a la tripulación bajo control, lo que no es difícil de lograr con cualquier tipo de arma, pueden deshacerse de los pilotos, que están sentados de espaldas a la puerta", señáló en Sidney Peter Harbison, del Centro de Aviación de Asia del Pacífico.
Las puertas de la cabina están normalmente cerradas, pero el piloto aseguró que no son difíciles de derribar.