CIUDAD JUAREZ, México.- La tensión y las estrictas medidas de control se mantenían el miércoles en la frontera entre México y Estados Unidos, mientras las autoridades verificaban cualquier objeto sospechoso, tras los ataques terroristas en Nueva York y Washington.
Entretanto, la policía mexicana descubrió a 33 inmigrantes iraquíes refugiados en un hotel en la ciudad fronteriza de Tijuana. Los inmigrantes aparentemente buscaban cruzar la frontera.
La detención de los iraquíes, supuestos miembros de un grupo católico que buscaba asilo en Estados Unidos, ilustró la forma en que la frontera de 2.100 kilómetros con México se ha convertido en un punto de tránsito para extranjeros de lugares tan lejanos como China.
Los agentes migratorios de México recibieron una llamada telefónica que daba cuenta de la ubicación de los iraquíes.
El grupo, junto con otros dos iraquíes encontrados en una casa cercana, carecía de documentos migratorios, y no estaba claro cómo entró a México.
En el pasado, las autoridades han encontrado a otros cristianos caldeos iraquíes aguardando en Tijuana la oportunidad de unirse a la comunidad de su etnia en San Diego, donde suelen recibir asilo tras declararse perseguidos en Irak.
La frontera continuaba en un estado de tensión, tras los ataques terroristas del martes.
El cruce de San Ysidro a California fue cerrado por más de una hora y media el martes, luego que los funcionarios recibieron una amenaza de bomba.
En ciudad Juárez, muchas personas que normalmente cruzan a Estados Unidos se quedaron sin hacerlo, dadas las estrictas medidas de seguridad y la actividad comercial menor a la habitual en el territorio estadounidense.
Otros prefirieron cruzar a pie y no en automóvil, para evitar las minuciosas inspecciones realizadas desde que ocurrieron los ataques.