WASHINGTON.- Estados Unidos se preparaba el viernes para vengarse militarmente de los devastadores atentados aéreos atribuidos a militantes islámicos, al tiempo que grupos de fundamentalistas musulmanes instaban a sus correligionarios de todo el mundo a unirse ante una posible represalia contra Afganistán.
El Presidente George W. Bush autorizó la convocatoria de 50.000 reservistas de las fuerzas armadas, y el Senado aprobó por unanimidad una resolución que autoriza el uso de fuerza militar en respuesta a los ataques del martes, que Estados Unidos ha asumido como acto de guerra.
El Departamento de Justicia dijo que 19 hombres de origen árabe secuestraron los cuatro aviones de pasajeros y deliberadamente estrellaron tres de ellos contra los dos rascacielos más altos de Nueva York y el Pentágono en Washington, con un saldo estimado de 5.000 muertos. El cuarto cayó en un campo.
Algunos de los participantes en el atentado se entrenaron como pilotos en Florida desde el año pasado y, aparentemente, tomaron los controles de los aparatos en el último momento para embestirlos contra los edificios.
Washington sospecha que los comandos suicidas fueron enviados por el fundamentalista islámico Osama bin Laden, quien hace tiempo juró librar una guerra contra Estados Unidos desde su escondite en las montañas de Afganistán, blanco probable de una acción militar estadounidense.
"Esta nación es pacífica, pero feroz cuando se enoja", dijo Bush en una misa en la catedral de Washington en memoria de los muertos en el peor atentado en la historia de Estados Unidos.
Bush viajó con escolta de cazas militares a la golpeada ciudad de Nueva York, donde inspeccionó desde un helicóptero el devastado corazón del sector financiero del bajo Manhattan.
Después, visitó a las brigadas de rescate que trabajan entre los escombros y les habló por megáfono entre aplausos y gritos de "USA".
Hamas se une a llamado de Talibán
El movimiento afgano Talibán, que gobierna el país y que ofrece refugio a Bin Laden -- un millonario de origen saudita-- advirtió de que se vengará de "diferentes maneras" si Estados Unidos ataca el país asiático.
Un alto dirigente del grupo islámico Hamas, haciéndose eco del movimiento Talibán, instó desde Gaza a todos los musulmanes a unirse contra una posible represalia estadounidense.
"Me sumo a la causa para que los musulmanes se unan a fin de evitar que Estados Unidos lance una guerra contra los musulmanes en Afganistán", dijo el dirigente Abdel-Aziz al-Rantissi, en respuesta al llamado de los clérigos de Kabul.
"El mundo musulmán debería hacer frente a las amenazas estadounidenses que son alimentadas por los judíos", dijo Rantissi a Reuters.
Hamas ha llevado a cabo una serie de ataques suicidas en Israel durante casi un año de levantamiento palestino contra la ocupación israelí, que ha resultado en la muerte de numerosos israelíes.
La advertencia de venganza por parte del movimiento Talibán aumentó el nerviosismo en los mercados financieros, donde existe incertidumbre de cómo reaccionarán los inversores cuando reabra el lunes la Bolsa de Nueva York --la más poderosa del mundo-- tras su más larga interrupción desde 1914.
Las principales bolsas de Europa cerraron el viernes con pérdidas. El dólar cayó y los precios del crudo se dispararon ante la preocupación de que ocurra una escalada de violencia en Oriente Medio.
Las opciones de represalia que sopesaban las autoridades estadounidenses iban desde fuertes bombardeos hasta ataques de tropas de elite, según fuentes militares.
Mientras tanto, los temerosos afganos en Kabul planeaban abandonar la capital el viernes por miedo a que Estados Unidos emprenda ataques de represalia.
Coalición internacional contra terror
El Secretario de Estado Colin Powell, quien trata de forjar una alianza internacional para una acción de castigo contra los responsables de los ataques, afirmó que Washington juzgará a las naciones por su voluntad de colaborar.
"Esto se ha convertido en una nueva manera de medir la relación", dijo en una rueda de prensa, donde señaló que el grado de cooperación de los países afectará la asistencia futura de Washington.
"Si no responden (los países), y nosotros consideramos que eso contribuye a más terrorismo ... eso ciertamente afectará el tipo de relación que tendremos en el futuro", precisó.
Powell obtuvo el jueves el respaldo público de dos naciones clave --Pakistán y Arabia Saudita-- que, junto con los Emiratos Árabes Unidos, son los únicos tres países que reconocen al gobierno del Talibán.
Washington ha recibido el respaldo de sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su campaña punitiva contra el terror. La OTAN activó por primera vez en sus 52 años de existencia la cláusula de defensa común.
La ONU, por su parte, condenó los atentados y pidió la cooperación de sus miembros para buscar a los autores.
Powell habló el viernes con los ministros de Relaciones Exteriores de Japón, India, Arabia Saudita, Túnez y Marruecos para pedirles que frenen el respaldo a grupos como el Talibán.
"El mensaje básico para la gente es que tome partido, que comparta información, suspenda cualquier apoyo a actividades que pudieran estar en marcha, y que estamos en esto juntos para el largo plazo y habrá más cosas que todos tendremos que hacer en el futuro, así que deben esperar más peticiones", dijo.
"Una de las cosas de las que estamos hablando es suspender el dinero, cualquier dinero que fluya en conexión con estas organizaciones queremos que sea suspendido", agregó.
El cálculo de la fortuna privada de Bin Laden asciende a 300 millones de dólares, pero su organización también ha recibido donaciones de partidarios acaudalados en los estados del Golfo Pérsico.
Congreso de EE.UU. prepara terreno
El Senado autorizó unánimemente (98-0) al presidente Bush a "usar toda la fuerza necesaria y apropiada" en represalia a los ataques del 11 de septiembre.
La Cámara Baja prevé aprobar el sábado la misma resolución, apoyada por los dos partidos, el republicano y el demócrata.
La resolución no es una declaración formal de guerra pero autoriza a Bush a responder militarmente.
Los legisladores vincularon la resolución a otra aprobada por el Congreso en 1991 para las operaciones del padre de Bush, el entonces presidente George Bush, en la Guerra del Golfo, librada contra Irak tras su invasión de Kuwait.
El Senado aprobó un paquete de emergencia por 40.000 millones de dólares para financiar acciones antiterroristas y operaciones de rescate y recuperación tras los atentados, el doble del monto que pidió el presidente.
Bush autorizó al Pentágono a llamar a servicio a 50.000 reservistas que serían usados para reforzar a los patrullajes aéreos que efectúan en las principales ciudades desde el martes aviones militares de las 26 bases aéreas del país, donde los pilotos están en estado de alerta constante. Inicialmente, el el Departamento de Defensa convocó a 35.000.
Tristeza, ira y patriotismo
Los trabajadores de rescate seguían batallando el viernes en Nueva York para localizar a posibles sobrevivientes entre las ruinas del World Trade Center, cuyas dos torres de 110 pisos se derrumbaron. Una fuerte lluvia retrasó su labor.
El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo que 4.763 personas están desaparecidas entre los escombros.
Los mercados de Nueva York permanecían cerrados el viernes por cuarto día consecutivo, en medio de la tristeza de Wall Street por la devastación y miles de muertes, entre ellos de operadores de bolsa, economistas y estrategas de mercado.
Los atentados serían el peor ataque extranjero en suelo estadounidense. Casi 2.400 personas murieron en el ataque japonés contra Pearl Harbor en 1941, que causó el ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Un sondeo de ABC News/Washington Post mos