BERLIN.- Las investigaciones sobre la conexión alemana de la red responsable de los atentados contra EEUU se han dirigido a la ciudad de Bochum (oeste del país), donde vivió uno de los tres terroristas con residencia en Alemania y dejó una maleta con información sobre aviones.
El fiscal general, Kay Nehm, confirmó hoy el registro de dos viviendas en Bochum, después de que una mujer residente en esa ciudad denunciara la desaparición de su novio.
Así se supo que uno de los terroristas ya identificados en Hamburgo, Ziad Jarrahi, había vivido temporalmente en la ciudad del Ruhr antes de abandonar Alemania en junio de 2000.
Este sospechoso, de origen libanés, figuraba en la lista de pasajeros del avión que se estrelló en Pensilvania, mientras que los otros dos, Mohamed Atta y Marwan Alshehhi, nacidos en Egipto y los Emiratos Arabes respectivamente, viajaban en los aparatos que colisionaron contra las Torres Gemelas.
En las viviendas registradas ayer en Bochum se encontraron diversos objetos, que se analizan en estos momentos en busca de pistas de otros miembros de la red, entre ellos los citados documentos "relacionados con los aviones", según indicó Nehm sin dar más detalles.
Jarrahi, que visitó escuelas de pilotos en Florida al igual que los otros dos terroristas, cursó estudios de ingeniería y construcción aeronáutica en la universidad de Hamburgo, lo que se podría interpretar como una preparación para los atentados.
La fiscalía general y el Departamento de Investigación Criminal, que cuentan desde ayer con la ayuda de un experto del FBI, intentan arrojar luz lo más rápidamente posible sobre el entorno de los tres hombres para lo que han registrado 13 viviendas y locales en los últimos días.
La tarea no es fácil, como reconoció Nehm, ya que los tres hombres actuaban con gran sigilo y secreto.
El fiscal general aseguró hoy que por el momento no existen pruebas que relacionen a los sospechosos con Osama Bin Laden y explicó que la investigación continúa centrada en un hombre en concreto, cuyo nombre no dio, y un número no definido de personas sin identificar.
Las noticias sobre la conexión alemana han llevado al ministro de Interior, Otto Schily, a anunciar una reforma legal para prohibir las organizaciones islámicas extremistas en Alemania, que cuentan con alrededor de 3.100 miembros según las últimas estadísticas.
Sin embargo, no es seguro que este endurecimiento afectara directamente a personas como los tres terroristas, al parecer bien integrados en la sociedad alemana y en la Universidad Técnica de Hamburgo, donde estudiaron.
Atta, uno de los sospechosos, llegó a terminar sus estudios de planificación urbanística con una nota final de sobresaliente y sus profesores y compañeros, bastante desconcertados, lo describen como alguien religioso pero abierto y tolerante.
Los investigadores consideran que los terroristas vivían en Alemania en condición de "durmientes", es decir, desarrollaban una vida relativamente normal a la espera de cumplir la misión encomendada.
No es la primera vez que se descubre la estancia en Alemania de fundamentalistas islámicos. En septiembre de 1998 se detuvo en el estado de Baviera a Mamduh Mahmud Salim, considerado mano derecha de Bin Laden y su responsable financiero.
También el año pasado se logró descubrir en Fráncfort a un comando formado por cuatro hombres que pretendía cometer un atentado en el mercadillo de navidad de Estrasburgo y después se efectuó otra detención.
Por el momento, la fiscalía general no ha encontrado ningún vínculo entre los detenidos y los responsables de los ataques contra edificios representativos estadounidenses.
Las investigaciones en Alemania tras el atentado también llevaron a interceptar una llamada entre simpatizantes de Bin Laden felicitándose por el éxito de los ataques, según asegura el semanario "Der Spiegel" en su edición de hoy.
Al parecer, los fundamentalistas, normalmente muy cautos en sus conversaciones por teléfono, no pudieron reprimir la alegría y el servicio de inteligencia alemán consiguió así una prueba de la supuesta implicación del terrorista saudí.
Esta llamada, que se dio a conocer en EEUU poco después de que los alemanes informaran de ella a sus colegas norteamericanos, explica que el ministro de la Cancillería, Franz Walter Steinmeier, fuera el primer representante gubernamental en aludir el pasado miércoles a Bin Laden.