BOGOTA.- El Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, comprometidos desde enero de 1999 en un proceso de paz, retomarán en los próximos días las discusiones sobre el cese al fuego y de hostilidades, anunció hoy un portavoz del grupo rebelde.
El tema será abordado nuevamente por los negociadores de ambas partes durante un encuentro que se realizará el próximo jueves en la zona desmilitarizada que controlan los insurgentes en el sur del país, sede de los diálogos, señaló a la prensa "Raúl Reyes", vocero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
"Vamos a discutir a profundidad cada una de las propuestas sobre cese al fuego y de hostilidades, con el fin de que podamos encontrar fórmulas de solución (al conflicto armado)", indicó el comandante rebelde.
Reyes destacó que tanto su organización como el Gobierno del Presidente Andrés Pastrana "mantienen vigente el compromiso de seguir adelante en la búsqueda de las soluciones a los problemas de los colombianos".
Las FARC y el ejecutivo intercambiaron hace más de un año en sobre sellado sendas propuestas tendientes a decretar una suspensión de las acciones bélicas y acordaron en su momento discutir el tema con discreción absoluta.
Sin embargo, las partes rompieron hace más de dos meses ese pacto de confidencialidad y revelaron a la prensa sus iniciativas, cuyo contenido dejó entrever las profundas diferencias que mantienen frente al tema del conflicto armado y sus causas.
Para el grupo marxista, una eventual tregua está sujeta a que el Gobierno suspenda las acciones militares en las zonas donde se concentran sus frentes, lo cual fue interpretado por los analistas como el establecimiento de varias zonas de despeje en el país.
Asimismo, las FARC supeditaron la suspensión de los secuestros y extorsiones a que las autoridades colombianas cesen la aplicación de su política neoliberal, considerada por los rebeldes como la fuente de todas las inequidades sociales que afectan a Colombia.
Por su parte, el Gobierno propuso a la agrupación guerrillera decretar el fin de los secuestros y ataques a la población civil a cambio de interrumpir la persecución militar en su contra, entre otros aspectos.
Las FARC -la principal fuerza insurgente del país con unos 16.000 combatientes- negocian desde hace cerca de tres años un acuerdo de paz con el Presidente Pastrana, en medio del fragor de la guerra.