WASHINGTON/DALLAS.- Tras los atentados terroristas del martes en Nueva York y Washington, en Estados Unidos se registraron numerosos ataques a árabes, indios y otras personas de rasgos orientales, por lo que el presidente George W. Bush visitó hoy un centro islámico en Washington para promover la tolerancia.
"El rostro del terror no es la verdadera fe del Islam", dijo Bush en una breve visita al Centro Islámico de Washington.
Bush dijo que no se podía permitir que los musulmanes se sintieran amenazados en Estados Unidos y que ese tipo de cosas no podían suceder en el país.
El Presidente manifestó que aquellos que amenazaban a los extranjeros deberían sentirse avergonzados. Además, destacó que el Islam es una religión pacífica y que son los terroristas quienes no quieren la paz.
El portavoz del mandatario, Ari Fleisher, había dicho antes que Estados Unidos es un país de inmigrantes y que a los estadounidenses les gusta esto, sin importar su origen.
Por su parte el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, anunció que su oficina iniciará investigaciones en 40 casos de delitos que se llevaron a cabo presuntamente por odio. Los delitos contra estadounidenses de origen árabe no serán tolerados y serán perseguidos enérgicamente, subrayó Mueller.
Según informaron hoy medios de prensa, un hombre de 42 años fue acusado en Mesa, estado de Arizona, del asesinato a tiros de un indio propietario de una gasolinera, suceso en el que también resultaron heridos otros indios, aparentemente por furia por los atentados del martes pasado.
En Dallas, estado de Texas, la policía está investigando la muerte de un comerciante paquistaní. En los suburbios de la ciudad se produjeron en los días pasados atentados contra tres mezquitas, que dejaron daños materiales aunque no se registraron heridos.
También se reportaron incidentes en otros estados norteamericanos. El grupo Consejo sobre Relaciones estadounidenses-islámicas en Washington informó que desde el martes pasado se registraron más de 300 ataques a musulmanes en Estados Unidos. Esta cifra es la mitad del total del año pasado.
El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, pidió a Bush que vele por la seguridad de los sikhs que viven en Estados Unidos, según medios de prensa.