BAGDAD.- Irak desmintió toda participación en los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington e instó a la adopción de una "posición árabe unida" contra cualquier ofensiva militar de Estados Unidos.
En una entrevista concedida el miércoles al semanario al Iktisadi, el canciller iraquí Naji Sabri dijo que su país "no tiene conexión alguna con los ataques lanzados contra los intereses norteamericanos", y agregó que "Estados Unidos y Occidente lo saben bien".
En Washington, un funcionario que declinó ser identificado dijo el martes que Estados Unidos había recibido información de una agencia extranjera de inteligencia, según la cual uno de los secuestradores de uno de los aviones que chocaron contra el Centro de Comercio Mundial se había entrevistado en Europa con un agente de la inteligencia iraquí.
No fue posible confirmar de inmediato esa información.
Irak es uno de los siete países que Estados Unidos acusa de auspiciar el terrorismo.
Ante las gestiones norteamericanas por constituir una red internacional de respaldo para una eventual respuesta armada a los ataques del 11 de septiembre, Sabri se reunió el miércoles con embajadores de países árabes y no árabes en Bagdad, dijo la agencia oficial INA.
La agencia agregó que Sabri "expuso la necesidad de tomar una posición árabe unida ante los graves planes norteamericanos para utilizar los ataques más recientes como pretexto para lanzar una nueva agresión contra uno u otro país".
En la Guerra del Golfo Pérsico de 1991, Estados Unidos encabezó una coalición internacional que obligó a Irak a retirarse de Kuwait, un país vecino que había invadido poco tiempo antes.
Estados Unidos respalda el mantenimiento de fuertes sanciones económicas a Irak como castigo por esa invasión, así como la obligación de entregar sus armas nucleares y químicas.