WASHINGTON.- El Presidente George W. Bush exhortó el miércoles a los líderes de todo el mundo a que lo ayuden -abierta o secretamente- en la lucha contra el terrorismo y contra los responsables de los ataques de la semana pasada contra Nueva York y Washington.
"Ayúdennos a encontrar a estas personas", declaró, ocho días después de que aeropiratas secuestraron unos aviones y los estrellaron contra el Centro de Comercio Mundial en Nueva York, el Pentágono en Washington y una zona rural en Pensilvania.
Bush habló teniendo a su lado en su despacho a la presidenta de Indonesia Megawati Sukarnoputri, líder de la nación islámica más poblada del mundo y una de muchos líderes mundiales con quienes Bush ha consultado tras los atentados.
Bush lanzó su campaña diplomática mientras los funcionarios del Pentágono elaboraban planes para una represalia militar, y el Congreso redactaba proyectos de ley para ayudar a la economía, incluyendo la atribulada industria aérea.
La bolsa cayó bruscamente por segunda vez en tres días, al tiempo que nuevas reducciones de nóminas repercutían negativamente en las acciones de aerolíneas y fábricas de aviones.
Bush dijo que algunos países podrían "asumir un papel más activo que otros" en la batalla contra el terrorismo. "Algunas naciones aceptarán gustosas el respaldo a las actividades encubiertas, mientras que otras sólo accederán a suministrar información. (Y) otras... sólo accederán a suministrar ayuda financiera. Eso es algo comprensible", agregó.
Tal como ha repetido en días recientes, el presidente instó una vez más a los gobernantes afganos de la milicia Talibán a entregar a Osama bin Laden, sospechoso de haber organizado los ataques de la semana pasada.
La semana pasada, el gobierno logró que Pakistán instase al Talibán a que accediese a esa entrega.
En un discurso televisado el miércoles, el presidente paquistaní Pervez Musharraf procuró asegurar a sus compatriotas que la guerra contra el terrorismo no está dirigida contra la religión islámica. Musharraf ha prometido ayudar a Estados Unidos, pero el país ha sido también escenario de concentraciones anti-norteamericanas en días recientes.
Entretanto, se calcula que el total de víctimas de los ataques contra el Centro de Comercio Mundial y el Pentágono ascenderá a más de 5.000.
El secretario de Justicia, John Ashcroft, que encabeza la investigación estadounidense, declaró en el Pentágono que los terroristas habían recibido ayuda de algunos gobiernos.
"Está bien claro que las redes que producen este tipo de hechos son albergadas, respaldadas, sostenidas y protegidas por diversos gobiernos extranjeros", declaró.
"Es hora de que esos gobiernos comprendan con claridad meridiana que Estados Unidos de América no tolerará ese tipo de respaldo para redes que hacen este tipo de daño al pueblo estadounidense", agregó.