ISLAMABAD/WASHINGTON.- Los clérigos afganos recomendaron este jueves al millonario saudí Osama bin Laden, a quien Washington considera el principal sospechoso de los atentados de la semana pasada a las Torres Gemelas y el Pentágono, que abandone Afganistán.
Mientras tanto, un funcionario del movimiento Talibán dijo que el exiliado de origen saudita está dispuesto a someterse a juicio, si se ofrecen pruebas de su presunto involucramiento.
Estados Unidos, país que ha ordenado el despliegue de 100 aeronaves de combate adicionales a la región del Golfo Pérsico en respuesta a los ataques contra Nueva York y Washington que dejaron unos 6.000 muertos y desaparecidos, había instado al Talibán a entregar a Bin Laden, huésped del movimiento gobernante, o enfrentar las consecuencias.
Un gran concilio, o "shura", de los clérigos islámicos de Afganistán reunido en Kabul, emitió un edicto (fatwa) en el que recomendó al Talibán que inste a Bin Laden a abandonar el país en cuanto le sea posible. Pero el edicto también amenazó con declarar una Jihad (guerra santa) si Estados Unidos ataca a Afganistán como parte de su declarada campaña para reprimir a extremistas en derredor del globo, en la secuela de los ataques.
El edicto emitido por el shura no llegó a ordenar la expulsión del multimillonario, de 44 años, a quien el Presidente estadounidense, George W. Bush, ha dicho que quiere "vivo o muerto".
No quedó en claro si Bin Laden saldrá del país y hacia dónde irá o si el edicto bastará para impedir que Estados Unidos ejecute sus amenazas de castigar a todos los perpetradores de los devastadores atentados suicidas.
Los atentados del martes 11, en los que aeronaves comerciales secuestradas demolieron el World Trade Center y embistieron el Pentágono, conmocionaron al mundo y sembraron temores en los mercados financieros globales, al plantear los espectros gemelos de la recesión y la guerra.
Las acciones bursátiles y los valores gubernamentales cayeron el jueves en Europa, añadiendo a las pérdidas globales, mientras los inversionistas confrontaban los costes crecientes de los atentados sobre las corporaciones, los consumidores y los gobiernos. Los inversionistas aguardaban, ansiosos, la apertura de la jornada en Wall Street.
"Para evitar la actual turbulencia y también futuras sospechas similares, el alto concilio de los honorables ulemas recomiendan al Emirato Islámico persuadir a Osama bin Laden que salga de Afganistán en cualquier momento posible", dijo el edicto, divulgado por el Ministerio de Información al término de la reunión de dos días.
El gobierno estadounidense, cuyos aliados han advertido a Afganistán que sus aturbanados combatientes se enfrentarían a las poderosas fuerzas armadas estadounidenses si no entrega a Bin Laden, no hizo comentarios sobre el edicto, en el que se criticó a Bush por ofender a los musulmanes al referirse a su campaña contra los extremistas como una "cruzada".
Ministros afganos han dicho que el edicto es de cumplimiento obligatorio para el gobierno integrista del Talibán y que casi seguramente fue aprobado sólo después de recibir el asentimiento del líder espiritual del movimiento, Mohammad Omar, el guerrillero convertido en ulema que ha sido un protector de Bin Laden y lo ha albergado durante años.
Los clérigos dijeron que Bin Laden debería encontrar otro sitio donde vivir e instaron a investigaciones separadas sobre los atentados. "Los ulemas de Afganistán exigen (...) que Naciones Unidas y la Organización de la Conferencia Islámica investiguen independiente y exactamente los acontecimientos recientes para clarificar la realidad e impedir el hostigamiento de gente inocente", dijeron en el edicto.
"Los ulemas (...) manifiestan su tristeza en torno a las muertes estadounidenses y confían en que América (Estados Unidos) no atacará a Afganistán", agregaron.
Dispuesto a un juicio
En la capital pakistaní, Islamabad, Suhail Shaheen, el encargado de negocios de la embajada del Talibán ante ese país, dijo que Bin Laden está dispuesto a ser enjuiciado si Washington puede ofrecer pruebas que lo vinculen a los atentados.
Shaheen dijo a "Reuters Television" que Bin Laden podría ser juzgado en Kabul o en otro país musulmán. "Si hay pruebas, él está listo a que lo enjuicien", declaró. "El dijo, 'No estoy involucrado, soy un huésped (en Afganistán). Si tienen pruebas, estoy listo'", dijo Shaheen.
En sus declaraciones poco antes de que se emitiera el edicto, Shaheen acusó a Washington de no aportar pruebas que impliquen a Bin Laden porque su verdadero objetivo es combatir el sistema islámico que el Talibán, de línea dura, ha instaurado en Afganistán.
Omar, líder espiritual del Talibán, ha dicho desde hace mucho que los códigos islámicos de conducta lo obligan a dar santuario a quien lo solicite y que no puede entregar a Bin Laden sin las pruebas adecuadas.
Dar albergue a quien lo pide es una tradición secular y parte de un código consuetudinario llamado pashtunwali (la conducta de los pashtun, el principal grupo étnico en Afganistán), cuyo acatamiento es obligado para los miembros de esa etnia, aún a costa de sus vidas.
Bush se dirigirá el jueves a una sesión conjunta del Congreso y se espera que inste a los estadounidenses a mantenerse vigilantes y pacientes, mientras Estados Unidos se prepara a asestar el primer golpe en lo que ha llamado la primera guerra del Siglo XXI.
En los últimos días, Bush ha advertido específicamente al Talibán que quienes albergan a terroristas confrontarán la ira de Estados Unidos. Prometiendo hacer justicia a los muertos en su país, Bush recurrió al lenguaje del Lejano Oeste norteamericano para decir que desea a Bin Laden, "vivo o muerto".
Miles huyeron de ciudades afganas temiendo un ataque punitivo estadounidense. Los organismos de asistencia humanitaria advirtieron sobre un devastador desastre humano. Con la llegada inminente de un crudo invierno boreal, algunos refugiados ya se han visto obligados a comer hierba y forraje para animales.
Las tensiones regionales en torno a la crisis llevaron al general Pervez Musharraf, gobernante militar de la vecina Pakistán, a decir el miércoles que su país confronta ahora su crisis más grave en 30 años, tras haber respaldado la cacería de Bin Laden liderada por Estados Unidos.
El edicto en Kabul contiene también una franca amenaza a Pakistán: "Si al momento de un ataque estadounidense, cualquier musulmán, lo mismo sean afganos que no afganos, coopera con los infieles, sus cómplices o espías, esa persona también será castigada con la muerte, como los invasores extranjeros".
El edicto agregó que tales enemigos también confrontarán una guerra santa.
Irán ha emprendido una iniciativa diplomática para evitar los ataques estadounidenses contra Afganistán, por temor de que desaten una catástrofe humanitaria y el endurecimiento de la opinión islámica contra Occidente.