WASHINGTON.- Estados Unidos rechazó este jueves una recomendación de los clérigos islámicos de que el principal sospechoso de organizar los atentados de la semana pasada, Osama bin Laden, abandone Afganistán, diciendo que debería ser entregado a las "autoridades reponsables".
La Casa Blanca dio a conocer su postura mientras el Presidente George W. Bush consultaba con funcionarios de alto rango de dos aliados claves, Arabia Saudita y Gran Bretaña, y se preparaba a dirigir esta noche un mensaje a nivel nacional, para exponer sus argumentos en pro de una campaña prolongada contra el terrorismo.
Los clérigos afganos recomendaron el jueves que Bin Laden, un exiliado saudita a quien Washington considera como el principal sospechoso de tramar los atentados del martes 11 contra el World Trade Center y el Pentágono, que dejaron casi 6.000 muertos o desaparecidos, abandone Afganistán.
Por separado, un funcionario afgano dijo que el movimiento Talibán que gobierna en Afganistán probablemente acepte el edicto y pidió nuevas conversaciones con Estados Unidos sobre el tema.
El edicto "no satisface los requisitos de Estados Unidos", dijo tajante, a reporteros, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. "Esto va más allá de que se permita a un hombre salir voluntariamente, presumiblemente desde un refugio seguro a otro refugio seguro. Ha llegado el momento de los hechos, no de las palabras", agregó, reiterando previas declaraciones estadounidenses. "
"El presidente ha exigido que figuras clave en la organización terrorista Al Qaeda (La base), incluyendo Osama bin Laden, sean entregadas a autoridades responsables y que el Talibán clausure los campamentos terroristas en Afganistán y Estados Unidos respalda esas demandas".
Un funcionario estadounidense, que pidió no ser identificado, desestimó la respuesta del Talibán, diciendo: "El Talibán tiene que entender cuán es este asunto como sus responsabilidades para con el mundo libre".
Mensaje de paciencia
El Presidente Bush tenía previsto dirigirse a una sesión conjunta del Congreso este jueves por la noche para instar a la ciudadanía a mantenerse vigilante y paciente, mientras Estados Unidos se prepara a asestar el primer golpe en una guerra contra el terrorismo.
Trabajando para integrar una coalición global contra la amenaza, Bush también tenía previstas reuniones el jueves con el Primer Ministro británico, Tony Blair, así como con el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, príncipe Saud al-Faisal.
Blair, de quien se espera que asista al Congreso a escuchar el mensaje de Bush, ha prometido que Gran Bretaña estará "hombro a hombro" con Estados Unidos, mientras que Arabia Saudita ha ofrecido respaldo y cooperación a su aliado clave, aunque no ha dado detalles.
El mensaje de Bush bien podría ser el más importante de su incipiente presidencia. Los estadounidenses viven un período de incertidumbre similar al que llevó a Franklin Roosevelt a dirigir su célebre discurso en el que calificó el ataque japonés contra Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, como un "día de infamia".
También coincide con el despliegue de decenas de bombarderos, cazas de combate y aeronaves de apoyo hacia Oriente Medio y el Océano Indico, como parte de la Operación Justicia Infinita para castigar a los responsables de los atentados del martes 11. "Muchos de nuestros ciudadanos tienen numerosas interrogantes sobre lo sucedido el 11 de septiembre y yo le debo al país una explicación", dijo Bush el miércoles a reporteros.
El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer adelantó que el mensaje de Bush a las 21.00 locales (01.00 GMT del viernes) no durará más de una hora y que no anunciará el inicio de acciones militares.
"El presidente hablará de cómo ésta es una guerra entre la libertad y el miedo, en la cual prevalecerá la libertad", dijo Fleischer a reporteros, agregando que Bush aconsejará tener paciencia e instará a la nación a prepararse para una campaña prolongada. "El no va a detallar acciones militares ni a discutir opciones militares", agregó. "El presidente enviará también un mensaje de paciencia al pueblo estadounidense".
En un indicio de las continuadas preocupaciones de seguridad de Washington desde los ataques coordinados por atacantes armados de navajas que secuestraron cuatro aeronaves comerciales, el vicepresidente Dick Cheney no asistirá a escuchar el mensaje en el Congreso.
Además, un "superviviente designado" del gabinete será mantenido en un sitio seguro. La asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, dijo el miércoles a reporteros que Bush, en su mensaje, delineará tanto la amenaza que confrontan los estadounidenses, así como también "por qué este tipo de odio puede existir contra Estados Unidos".
"El Presidente aprovechará esta oportunidad para hablar de la naturaleza sostenida de esta campaña", dijo Rice. "Me parece que aprovechará esta oportunidad para instar a la paciencia y a la razón y para demostrar, de nuevo, que su firmeza se refiere a un período prolongado de tiempo, no a un solo momento", sentenció.