CARACAS.- El general Marcos Pérez Jiménez, quien gobernó Venezuela entre 1952 y 1958, murió este jueves a la edad de 87 años tras sufrir un infarto en su casa en la capital española, en Madrid, informó su hija, Flor Pérez Jiménez.
Esta dijo al canal de televisión "Globovisión" que el cuerpo de su padre será cremado el viernes en España, pero que su familia espera que los restos serán llevados a Venezuela "algún día".
El ex presidente militar vivió en Madrid por más de 30 años, luego de haber abandonado Venezuela en 1968.
Nació en 1914 en la población de Michelena, estado de Tachira, a 660 kilómetros al suroeste de Caracas, y al concluir el bachillerato viajó a Caracas para estudiar en la academia militar, lugar del que salió graduado como subteniente.
En 1948 participó junto con un grupo de militares en un golpe de estado que derrocó al Presidente Rómulo Gallegos, afamado escritor costumbrista y autor de las novelas "Doña Bárbara" y "Cantaclaro", que tres años antes había asumido el reto de ejercer el cargo de presidente en el que fue un breve paréntesis democrático entre dos largos regímenes militares.
Pérez Jiménez asumió el poder de facto en 1952, luego de unas fraudulentas elecciones presidenciales en las que se desconoció el triunfo del partido Unión Republicana Democrática, y se le proclamó como Presidente, alargando su gestión hasta 1958.
Durante su mandato, Pérez Jiménez se encargo de silenciar y controlar a los dirigentes de la oposición, mediante cárcel y torturas. También realizó grandes obras publicas, entre ellas una autopista conectando Caracas y la costa norte caribeña.
Pérez Jimenez ganó un nuevo periodo de cinco años en otras elecciones fraudulentas en 1957, pero su régimen había perdido respaldo popular y un golpe cívico-militar lo derrocó el 23 de enero de 1958.
El ex presidente huyó con su familia a la República Dominicana y luego a los Estados Unidos. Este país lo extraditó a Venezuela en 1963 y fue condenado a cinco años de prisión por malversación de fondos por un defalco de 250 millones. Salió en libertad en 1968, cuando se exiló en Madrid.
La repatriación de sus restos parece tener receptividad en el actual gobierno. El Presidente Hugo Chávez lo invitó para su toma de posesión en 1999, alegando que Pérez Jiménez era un exilado político de los gobiernos anteriores.
Algunos abogados llegaron a plantear que si retornaba a Venezuela sería encarcelado de inmediato debido a que sobre su persona todavía pesa un auto de detención por el presunto asesinato del teniente León Blanco que ocurrió en Barranquilla en 1954.
Pérez Jiménez entonces dijo que "agradecía" la invitación de Chávez. "Me parece sincero su deseo que regrese al país, pero ya estoy muy viejo para convertirme en centro de controversia entre los antiguos y actuales gobernantes de mi patria querida".
