ASTANA, Kazajstán .- El Papa Juan Pablo II dijo este sábado a su llegada a Kazajstán que todas las controversias entre las naciones deben resolverse a través del diálogo y las negociaciones y no por la fuerza de las armas.
El Pontífice, de 81 años, hizo el llamado en el discurso que pronunció en al aeropuerto de Astana, capital de Kazajstán, mientras los vientos de guerra continuaban soplando en la región de Asia Central.
Kazajstán, una ex república soviética de mayoría musulmana que cuenta con una pequeña comunidad cristiana, podría verse involucrada en un eventual conflicto armado en caso de que Estados Unidos ataque a Afganistán en represalia por los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Hablando en ruso, el Pontífice elogió la decisión unilateral de Kazajstán de renunciar unilateralmente a las armas nucleares. "Esta decisión se basa en que las controversias no deben resolverse mediante el recurso de las armas, sino por medios pacíficos de la negociación y el diálogo", expresó.
"Yo aliento esta clase de compromiso, que corresponde exactamente a las demandas básicas de paz y solidaridad a la que siempre deben aspirar los seres humanos", dijo el Papa.
El jefe de la Iglesia Católica, quien permanecerá hasta el martes en Kazajstaán, no hizo ninguna referencia directa a las tensiones que se viven en la región. Sin embargo, sus palabras expresaron una clara preocupación de que la región se viera envuelta en actividades militares, si Estados Unidos ataca a Afganistán, donde se encuentra el militante islámico Osama bin Laden, a quien Washington acusa de ser el responsable directo de planear los atentados suicidas.
A pesar de que la mayoría de sus 15 millones de habitantes es musulmán, Kazajstán siempre ha tenido preocupación de que extremistas islámicos de países vecinos puedan infiltrarse en su territorio.
El Presidente Nursultan Nazarbayev ordenó este año la creación de un distrito militar especial en el sur del país para frenar posibles incursiones de extremistas, que aspiran a la formación de un estado puramente musulmán en Asia Central.
En los últimos dos años, los vecinos Uzbekistán y Kirguistán repelieron ataques de militantes, que según las autoridades, llegaron procedentes de bases de Tayikistán y Afganistán.
En su discurso, el Papa envió un saludo especial a la comunidad musulmana del país y a sus líderes, y dijo que todas las religiones deberían comprometerse a "promover los valores espirituales y morales que sean capaces de garantizar un futuro de paz para todos".
El Papa, quien tiene previsto visitar el sábado en la tarde un monumento erigido en honor a las víctimas del totalitarismo, dijo que Kazajstán es una tierra de mártires, deportados y de héroes, y que el país aún tiene las cicatrices de su historia reciente.
Cuando formaba parte de la Unión Soviética, Kazajstán albergaba a 16 de los muchos campos de trabajo inmortalizados por el escritor ruso Alexander Solzhenitsyn en su novela "El Archipiélago de Gulag", publicada en 1973.
Más de dos millones de personas, entre ellas 900.000 alemanes, fueron obligados a abandonar Kazajstán durante la campaña de colectivización de Stalin, de persecuciones católicas y deportar a todos aquellos de apariencia "no confiable".
Los historiadores dicen que más de dos millones de personas fueron enviadas a campos de prisión en la región de Karaganda, donde muchos de ellos perecieron de hambre y frío.
El Vaticano realizó el viaje número 95 del Papa fuera de Italia, pese a los informes sobre preocupaciones de seguridad publicadas por la prensa italiana.
En un hecho sin precedentes, el Papa ordenó a su secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, permanecer en el Vaticano para seguir de cerca los acontecimientos mundiales.
Normalmente, el secretario de estado acompaña al Papa en todas sus visitas al extranjero para sostener conversaciones políticas con los líderes internacionales.