WASHINGTON.- El refuerzo en las medidas de seguridad tras los atentados del 11 de septiembre se percibe en todas las facetas de la vida de los estadounidenses, que pueden escuchar cada noche el ruido de los cazabombarderos que patrullan los cielos.
Desde los aeropuertos al suministro de agua, gas y luz, o la misma gala de elección de "Miss América", miles de efectivos de la Guardia Nacional, de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y de otros cuerpos patrullan armados.
Los propios responsables de la seguridad reconocen que un despliegue así de medidas preventivas contra un ataque terrorista no se había visto en EEUU desde los peores años de la "Guerra Fria" con la antigua Unión Soviética.
Los marines, fuertemente armados, han podido verse ayer junto a los marcadores de la Academia Naval de Annapolis, en la que más de 30.000 personas presenciaban el encuentro de fútbol americano entre el equipo de la Navy y el Boston College de Massachusetts.
El desfile por una avenida de casi cinco kilómetros en Atlantic City, Nueva Jersey, previo a la elección de Miss Mundo, fue suspendido ante la imposibilidad de garantizar la seguridad. Miss Oregon, Katie Harman, que ha sido elegida Miss América, ha dicho que la primera acción de su reinado será visitar los escombros de las Torres Gemelas.
Hoy, domingo, con el sol y la buena temperatura que a veces deparan los días finales de septiembre, la gente pasea relajada por el Mall de Washington y los prados de Central Park, en Nueva York.
Pero la mayoría de las instalaciones portuarias de EEUU están en "código rojo" de alerta, los servicios de seguridad de los aeropuertos decomisan incluso las pinzas de depilar, y se han puesto agentes en las conducciones de agua, de luz y de petróleo a lo largo del país.
Las presas de agua de Hoover Dam, cerca de Las Vegas, y de Bonneville Dam, en Oregón, que se cuentan entre las mayores de EEUU, se vigilan especialmente para evitar un atentado terrorista que pretendiera volarlas o contaminar sus aguas.
El temor a un ataque terrorista con armas químicas o bacteriológicas también ha aumentado y numerosos centros sanitarios han sido dotados con vacunas y antídotos para prevenir un ataque en el que se pudieran propagar virus o bacterias contagiosas.
"Hay un montón de cosas que deben hacerse para defender a Estados Unidos contra un ataque terrorista", señala hoy en el diario The Washington Post Fred Ikle, quien fue un alto cargo del departamento de Defensa.
Las medidas de seguridad se percibirán también en la manifestación antibelicista que se ha autorizado para el próximo sábado en la capital estadounidense. La manifestación proyecta discurrir por las inmediaciones de la Casa Blanca, pero también en la residencia presidencial se ha duplicado el perímetro de seguridad tras los atentados contra el Pentágono y las Torres Gemelas.
Cerca de 200 reclamaciones por agresiones contra ciudadanos de origen árabe se han contabilizado en EEUU y un shij ha muerto tras dispararle un hombre que consideró que su turbante era igual que el que lleva Osama Bin Laden, a quien EEUU responsabiliza de los atentados.
En el aeropuerto Dulles, cercano a Washington, un avión tuvo que volver a las instalaciones del aeródromo cuando un piloto de Saudi Airlines pidió que se le admitiera en el vuelo, que se dirigía a Londres. Las sospechas de que pudiera tratarse de un terrorista provocaron el incidente, pero la policía demostró que no había fundamento para la alarma.
El FBI ha recibido advertencias sobre posibles atentados en Atlanta, Boston, Richmond y hasta en Hollywood, pero ninguna de las alarmas ha resultado fundada.
Cada noche, sobre la capital de EEUU, puede escucharse el ruido de los aviones cazabombarderos y Orión P-3 que vigilan la ruta de otras aeronaves.
Muchas personas achacan al ruido de los motores de los aviones su incapacidad para conciliar el sueño, aunque también reconocen que es la preocupación por la seguridad la que les mantiene alerta.