ISLAMABAD, Pakistán.- Una delegación militar estadounidense se reunió hoy en Islamabad con responsables paquistaníes para tratar sobre la ayuda que EEUU necesitaría durante un eventual ataque al vecino Afganistán si la milicia Talibán en el poder no entrega al saudí Osama Bin Laden.
Fuentes de la embajada estadounidense en Islamabad rehusaron dar detalles sobre cuánto tiempo durarán las reuniones de la delegación, compuesta por cuatro miembros, y se limitaron a decir que tenía carácter de "consulta".
En Washington, no obstante, oficiales de la Casa Blanca afirmaron que las discusiones de sus enviados con el gobierno del presidente Pérvez Musharraf, girarán en torno a las bases aéreas que los aviones de guerra de EEUU pretenden utilizar en posibles incursiones contra Afganistán.
Informaciones no confirmadas apuntan a que la delegación llegó el fin de semana mientras que Estados Unidos intensifica los preparativos de un eventual ataque a Afganistán, donde supuestamente está refugiado Bin Laden, principal sospechoso de los ataques contra Washington y Nueva York.
El comienzo de los preparativos militares en Pakistán, un país clave para los planes de Washington, porque comparte con Afganistán unos 2.400 kilómetros de frontera, están siendo acompañados por el despliegue de las primeras tropas estadounidenses en torno a Afganistán.
Cientos de soldados estadounidenses llegaron ya a Uzbekistán, unas de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética que comparte frontera con Afganistán en la zona norte del país, mientras que los portaaviones estadounidenses empezaron a dirigirse al golfo Pérsico para construir una infraestructura bélica en la zona.
En un discurso a la nación la semana pasada el presidente Musharraf aseguró que los EEUU le han solicitado un intercambio de información sobre Bin Laden, ayuda logística y el uso de su espacio aéreo durante un eventual ataque contra territorio afgano.
Pakistán aseguró a la Casa Blanca que tendrá toda su ayuda en la lucha contra el terrorismo y que observará las resoluciones de la ONU al respecto, pero de acuerdo con Musharraf estaba la espera de conocer las necesidades precisas de Washington.
Según informaciones procedentes de EEUU, ese país quisiera hacer uso de sus bases aéreas militares próximas a Quetta, capital de la provincia suroccidental de Baluchistán, próxima a la frontera afgana.
El régimen paquistaní le indicó a EEUU que podía utilizar sus bases como último recurso, pero los grupos radicales islámicos le advirtieron de las consecuencias que acarrearía su ayuda al ejército estadounidense para atacar a sus hermanos musulmanes afganos.
Al menos cuatro personas murieron en las manifestaciones casi diarias de los extremistas musulmanes registradas en diversas ciudades paquistaníes contra la decisión del Musharraf de ayudar a los EEUU, y en favor de los Talibán y de Osama Bin Laden.
El secretario de estado norteamericano, Colin Powell, declaró en alusión a esas amenazas de los radicales islámicos contra Musharraf, que "todo lo que he visto en las últimas dos semanas me ha convencido de que tomó una decisión valiente y lo hizo plenamente consciente de las consecuencias internas".
El gobierno estadounidense ya ha recompensado a Pakistán por su colaboración con el levantamiento ayer de las sanciones económicas impuestas en 1998, por los ensayos atómicos que realizó en respuesta a las pruebas nucleares de la India, su país vecino con el que libró tres guerras.