TEHERAN.- Jack Straw se convertirá hoy en el primer ministro británico de Asuntos Exteriores que visita oficialmente Irán desde que en 1979 triunfara en el país la revolución islámica del ayatolá Rujola Jomeini.
En una visita histórica que ha despertado controversia en Irán, Straw tratará de tantear la postura del Gobierno iraní en la actual crisis política internacional, y de fomentar las relaciones bilaterales entre dos Estados afines hasta la caída de la monarquía del Sha de Persia, Mohamed Reza Palhevi, hace más de 22 años.
El viaje fue acordado en una también histórica conversación telefónica entre el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente iraní, el moderado Mohamed Jatamí, tras los atentados que el pasado martes 11 destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y una parte del Pentágono en Washington.
La postura de Irán ante la masacre y su posible participación en la alianza multinacional que Estados Unidos trata de construir para luchar contra el terrorismo son los principales temas a tratar, según fuentes oficiales de Londres.
Irán condenó los atentados del "martes negro", pero instó a una acción de respuesta mesurada y "con pruebas evidentes".
Además, insiste en que un ataque contra Afganistán sólo puede provocar una tragedia humanitaria y pide que la lucha contra el terrorismo "se orqueste bajo la supervisión de la ONU".
Esta supuesta mediación británica en favor de Estados Unidos ha provocado que la histórica visita de Straw despierte sentimientos divergentes en Irán.
Para la mayoría de los reformistas, la llegada del ministro británico supone la ansiada oportunidad de mejorar las relaciones con los países occidentales, deterioradas desde que Estados Unidos impuso un estricto embargo a Irán a principios de la década de los ochenta.
Sin embargo, sectores conservadores lo consideran "un simple enviado de Estados Unidos, un país que incluye a Irán en su lista negra de países que patrocinan el terrorismo", nada tiene que ver con la esperada distensión.
La prensa conservadora ha criticado con dureza la visita de Straw a Irán, al indicar que su presencia "significa olvidar la sangre derramada de los millares de inocentes muertos a consecuencia del respaldo de Estados Unidos a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino".
"Es ridículo que Washington busque el apoyo de Irán, mientras lo considera un país que ayuda al terrorismo internacional", dijo a EFE una fuente diplomática iraní, que pidió no ser identificada.
Estados Unidos ha desplegado un amplio contingente militar en el golfo Pérsico, el océano Indico y Asia Central para capturar al disidente saudí Osama Bin Laden, principal sospechoso de instigar los atentados, refugiado desde 1996 en Afganistán bajo protección del régimen radical islámico Talibán que Gobierna en Kabul.
"Irán contribuye (a la lucha contra el terrorismo) al expresar su oposición a los Talibán y, de esa manera, ayuda a demostrar que ésta no es una lucha contra el Islam", dijo Straw antes de partir hacia Teherán.
Straw añadió que Teherán puede desempeñar una labor destacada en la alianza política contra el terrorismo internacional, ya que es "una coalición de civilizaciones".
La misión de Straw, quien también visitará Israel, Jordania, Siria y Egipto, coincide con una gira de la "troika europea" que busca convencer a cinco países claves en Oriente Medio y el mundo musulmán de que se sumen a la alianza internacional contra el terrorismo.
La "troika" llegará previsiblemente el martes a Teherán tras la visita que hoy inicia en Pakistán, y partirá después rumbo a Arabia Saudí, Siria y Egipto.
A parte de la situación internacional, Straw tratará de abrir una puerta a las rotas relaciones bilaterales.
Una importante delegación comercial británica se desplazó a principios de mes a Teherán, tras la finalización de la séptima reunión del comité conjunto de cooperación entre Irán y la Unión Europea, establecido en 1992.
